Una de las cualidades más importantes de una persona para conseguir éxito social es la empatía. También lo es para el sexo: entender lo que está sintiendo la otra persona en la cama, lo que más le gusta y lo que no, es fundamental para una relación sexual satisfactoria.
En general, una persona con buenos niveles de empatía es perfectamente capaz de valorar además el resultado global de un polvo, incluyendo el importante hecho de si la otra persona se lo ha pasado bien y querrá repetir. Son cosas que no son necesarias hablar. Es horrible cuando alguien pregunta el típico “qué te ha parecido”. Eso se sabe y punto. O no.
A veces pasa que una persona se lo pasa estupendamente en un polvo y piensa que ha sido una sensación mutua pero cuando intenta repetir se encuentra con largas, mensajes no respondidos, y un sin fin de situaciones que llevan a un desasosiego sexual-emocional incómodo. Quizá las expectativas puestas son demasiado altas (“yo sé que se lo ha pasado tan bien como yo y querrá repetir”) y el choque con la cruda realidad es demasiado fuerte. También pasa al revés, claro: uno tiene claro que ha sido una mierda de polvo pero la otra persona, por algún motivo, no lo entiende así y no para de dar la lata para repetir y son necesarias esas terribles largas, excusas y mensajes sin responder.
Para aclarar estas situaciones a veces son necesarias respuestas que pueden ser un tanto violentas y herir sentimientos de manera bruta. Recuerdo por ejemplo a un chico que me dijo algo como “oye, para la próxima vez que quedemos depílate mejor los huevos“. La insolencia unida al desastre de mamada y polvo me hizo responder: “no te preocupes que no habrá próxima vez“. Pobrecito.
Para solucionar esto desde pensamientos pastosos proponemos un código de comunicación que evite los equívocos, las largas, las excusas y las tan desagradables negativas del tipo: “mira tio, no me gustas, mejor no repetir”. Les presentamos las tarjetas sexuales:
- Tarjeta verde: me ha encantado el polvo. Estoy dispuesto a repetir siempre que tú quieras.
- Tarjeta amarilla: no ha estado mal pero se puede mejorar. Estoy abierto a repetir, pero te lo tendrás que currar más o cambiar algunas cosas.
- Tarjeta roja: ha sido un desastre, mejor nos olvidamos el uno del otro.
Estas tarjetas son de fácil fabricación (tres cartulinas de colores y unas tijeras) y tampoco es necesario sacarlas directamente después del polvo (que en los casos de la tarjeta roja podría ser un poco violento). Algunas de las opciones son:
- Dejarla disimuladamente junto a la puerta al marcharse.
- Escondérsela en el bolsillo del otro para que la encuentre al poco tiempo. Aunque así corremos el riesgo de que si la otra persona es despistada y un tanto promiscua se pueda encontrar con varias tarjetas de golpe al ir a lavar un pantalón y no sepa de quien es cada una. Para estos casos sería recomendable firmarlas (siempre que la otra persona sepa tu nombre, claro).
- Enviarla por WhatsApp. ¡Vivan las nuevas tecnologías!. Te estás yendo de la casa de tu nuevo polvo y envías una simple imagen con la tarjeta correspondiente. Se hace cierto eso de que una imagen vale más que mil palabras.
Un lector de este blog, al discutir sobre este tema y por deformación profesional de estadístico (aunque él se empeña en decir que es estadista) quiso ir mucho más allá y proponer dejar al nuevo compañero sexual un cuestionario de satisfacción. Aunque la idea nos parece un tanto excesiva, no deja de tener gracia la cosa. El cuestionario podría incluir cosas como:
- Valora del 0 al 10 tu nivel de satisfacción general con el acto sexual realizado
- Valora del 0 al 10 la forma de besar de tu compañero
- (si aplica) Valora del 0 al 10 la felación recibida
- (si aplica) Valora del 0 al 10 el comportamiento de tu compañero mientras le realizabas una felación
- (si aplica) Valora del 0 al 10 el comportamiento de tu compañero durante la penetración
- ¿Ha habido alguna práctica sexual que te has quedado con ganas de ralizar? ¿Cual?
- ¿Ha habido alguna práctica sexual que hubieras preferido no realizar? ¿Cual?
- Después del polvo te has quedado: a) Muy satisfecho, b) Moderadamente satisfecho c) Poco satisfecho d) Nada satisfecho
- ¿El nivel de higiene te ha parecido el adecuado? En caso negativo indica aspectos a mejorar
- ¿La logística de polvo (condones, lubricante, toallitas para limpiarse, etc…) eran las adecuadas?. En caso negativo indica aspectos a mejorar.
- La duración del polvo te ha parecido: a) Excesiva b) Correcta c) Escasa pero satisfactoria d) Muy corta
- Los previos al polvo te han parecido: a) Correctos b) Muy largos c) Muy cortos
- El entorno para el polvo te ha parecido: a) Correcto b) Hubiera preferido la cama c) Hubiera preferido sobre encimera de la cocina
- El comportamiento post-polvo te ha parecido: a) Correcto b) Excesivamente frío c) Excesivamente cariñoso d) Indiferente
- Sobre el ambiente general marca las afirmaciones que apliquen: [] No me ha gustado la música que había de fondo. [] Prefiero que no haya música [] Me ha gustado la música de fondo [] Había demasiada luz [] La iluminación era la correcta [] No me ha gustado follar a oscuras
- En general durante el polvo: a) Me he sentido bien valorado y a gusto b) He sentido que se me ha valorado demasiado y me gusta más que me traten como a una zorra. c) Me he sentido un poco tratado como una puta y no me gusta.
- Qué cosas crees que debería mejorar tu compañero en un posible siguiente polvo
- ¿Estarías dispuesto a repetir? (si la respuesta es sí, indica tu número de teléfono)
En cualquier caso el tema de dar a rellenar la encuesta nos parece excesivo y desde este blog recomendamos el uso de tarjetas de colores.
En la amarilla yo añadiría: “si me aburro y no me sale nada mejor”
Estimado @ppastosos,
La afirmación de que la empatía es una necesaria cualidad para la satisfacción sexual de la pareja podría catalogarse como “afirmación – templo de la verdad”. Al igual que el pequeño Descartes edificó toda una corriente filosófica sobre la autoafirmación de su exisencia, el pequeño @ppastosos podría construir toda una corriente de pensamiento sobre esa rotunda afirmación. Huelga decir que, a buen seguro, resultaría más interesante que el peñazo cartesiano.
Creo que el código de las tarjetas es muy bueno: breve, discreto pero explícito… todos sabemos lo desagradable que puede ser tener que dar explicaciones al tiempo que te las exigen, recurriendo por ello a la excusa para ganar tiempo y luego al rollo macabeo para no volver a quedar. Sugiero, por tema de intimidad a la hora de emitir el juicio, que la tarjeta se deje en el buzón, anotando al dorso el proio perfil de gaydar/manhunt/bakala etc. mediante el que se contactó o, si fuera de otra forma, anotar la fecha del crimen y el falso nombre que, probablemente, diste. No obstante creo que falta una tarjeta: un color que identifique a aquellos de entre nosotros que simple no desean repetir pareja, que huyen de cualquier forma de compromiso pavorosamente asumiendo que dos polvos son un matrimonio, o aquellos paranoicos armarizados que no desean repetir por miedo a que se los reconozca, que haberlos haylos, y alguno folla bastante bien.
El tema de la encuesta, aun divertido, sería insufrible, pues habriamos de esperar pacientemente a que la rellenase el otro (mietras rellenamos nuestra parte) y seria una situación innecesariamente tensa.
Deseando que su aportación a la promiscuidad llegue a buen puerto, reciba un cordial saludo.
Que lo del cuestionario me ha matado de risa. Y lo de las tarjetas empezare a ponerlo en practica.
me ha encantado…ole tú!