Esta es, creo, la primera vez que se habla aquí de televisión. O por lo menos que algo sucedido en televisión da pie a una reflexión pastosa sobre algo más profundo (de cosas profundas sí se ha hablado aquí muchas veces).
Hoy, después de ver el tercer partido de la final de la liga Endesa entre el Madrid y el Barcelona, dejé la televisión puesta mientras llamaba por teléfono a mi padre para comentar el partido. Mientras hablaba con él vi que comenzaba una entrevista a Serrat y Sabina en el mismo canal. La cosa prometía como para quedarme viendo la televisión más allá de mis vicios deportivos. Además de amar la música y la poesía de Serrat y Sabina ambos me parecen dos tipos tremendamente divertidos e interesantes. La entrevista la hacía Julia Otero. De ella no tengo una opinión demasiado formada: solo que me ha parecido una periodista decente cuando la he escuchado en la radio y creo recordar haberle visto una entrevista a Manuel Chávez que me hizo gracia.
La desilusión ha sido tremenda. No solo porque en general la entrevista me ha parecido fallida, sino sobre todo por el tremendo potencial desperdiciado. Cuando se tienen a dos genios juntos, que solamente hablando entre ellos pueden llenar una entrevista de una hora con diálogos maravillosos, y te dedicas a interrumpirlos y a intentar llevarlos por un camino marcado la cosa hace aguas por todos lados. Quizás, como dice el gran Félix, el problema es del formato, que obliga a insertar un montón de preguntas pregrabadas de personajes famosos con mayor o menos interés sin dejar ninguna fuera. En cualquier caso a mi me ha dado la sensación de que Julia Otero ha estado bastante impertinente interrumpiendo a mis ídolos con malas maneras y sobre todo para no llevar el asunto a nada más interesante de lo que interrumpía.
La entrevista es, probablemente, el género literario más complicado. Primero porque tiene dos autores: el entrevistador y el entrevistado y escribir una obra entre dos es muy complicado. Exige sintonía y complicidad. Además es recomendable que ambos estén a la altura. Tampoco es que a un genio solo le pueda entrevistar otro genio. Pero sí al menos, ante un genio, el entrevistador ha de ser suficientemente humilde para dejar que sea el entrevistado el que lleve la voz cantante.
Entrevistar a gente mediocre o aburrida es bastante más fácil, claro. Basta tener un poco de gracia (o un equipo de guionistas con gracia) para sacar adelante una entrevista y que al menos resulte un poco graciosa o entretenida. El problema de este modelo de “da igual lo que tu digas, que yo voy a meter mis chistes” es que está todo tan preparado, tan guionizado, que resulta muy artificial. Ahí tenemos por ejemplo las entrevistas que hace Buenafuente: puedes pasar el rato con ellas cuando el entrevistado es aburrido pero resultan insoportables cuando el entrevistado tiene cosas interesantes que decir. Recuerdo el caso de Buenafuente entrevistando a los gloriosos Les Luthier en los que el catalán daba vergüenza ajena intentando sacar aquello adelante metiendo sus chistes ante unos tipos infinitamente más graciosos que él que solo podían mirar perplejos aquel esperpento. Por no hablar de las entrevistas de Fuentes en las que los entrevistados tenían que aprenderse un guión con anécdota incluida. Y no, no vamos a hablar de “El hormiguero”. El nivel máximo de mierda que puede soportar este blog es Manel Fuentes, más no.
Para quitar el mal sabor de boca de esta mala entrevista les dejo con la más gloriosa y divertida que le he visto yo a Joaquín Sabina. Se la hizo Jaime Bayly que es un peruano divertidísimo y que tiene muchos puntos en común con Sabina: también escribe (en su caso novelas y algunas no están mal), también dejó la coca y también tiene dos hijas con su primera mujer. Aunque Bayly es homosexual, lo que lo hace mucho más divertido. Son amigos y la complicidad hace que la entrevista fluya sola:
Y ya que he cogido carrerilla les voy a poner otra entrevista de Bayly que me encanta: a Enrique Iglesias. Alguno pensaréis: ¿estás loco pastoso? ¿cómo puede ser una entrevista a Enrique Iglesias interesante? Pues lo es. Enrique Iglesias es un chico divertidísimo y encantador (como no podía ser menos con ese padre que tiene), muy conocedor de sus limitaciones y aquí con Jaime, que también es amigo se sincera y se abre completamente. Además las bromas que se hacen sobre tamaños de pollas y amantes no tienen precio:
(el resto de la entrevista está aquí: parte2 parte3 parte4)
Otras entrevistas muy buenas son las que hace Luis Alegre a sus amigos del mundo del cine nacional (el mote de Pepín Bello del cine español es merecidísimo). A mi especialmente me gustan las de Antonio Gasset (sí, el “feo” de Días de cine) y Juan Echanove (otro par de tipos geniales):
De Alegre pueden buscar otras en youtube que no están mal: la de Maribel Verdú, que resulta ser una mujer bastante maja y simpática y la de Fernando Tejero si quieren comprobar que es una marica pre-vieja llena de manías.
Y terminamos con un toque cultureta: la entrevista que Soler Serrano le hace a Julio Cortázar 1977. Sí, está en blanco y negro. Pero a cambio les dejaban fumar y beber whisky durante la entrevista. 2 horazas gloriosas llenas de literatura y humanidad: