Gerard Mortier, director artístico del Teatro Real, ha encargado una ópera rumba a Pere Pubill Calaf, más conocido como Peret.

Tras el estreno en la temporada 2010 de “La Página en blanco” de Pilar Jurado, encargo de Antonio del Moral, el anterior director del Real, en la temprada 2011-2012 (la primera 100% de Mortier) no habrá ningún estreno absoluto en el Teatro Real. Mortier ya ha encargado nuevas óperas españolas a Mauricio Sotelo, Elena Mendoza, Alberto Posadas sobre textos de Lorca, Onetti, etc… Sin embargo de todos estos encargos ninguno estaría listo para estrenarse en la temporada 2012-2013. Es por eso que Mortier, en un hábil movimiento, ha confiado en Peret, cantante, guitarrista y compositor español conocido por ser el inventor de la rumba catalana y por sus prolífica obra y rápido método de trabajo.

Con este encargo, Mortier consigue modernizar el género, al crear un nuevo concepto de ópera-rumba, y atraer a nuevos públicos (todos los fans de la rumba).

Peret, que desapareció de la escena musical a principios de los 80 para dedicarse a la iglesia evangélica, ha resurgido con fuerza en los últimos años, colaborando con nuevas generaciones de músicos españoles y participando en los festivales más modernos del país y parte del extranjero.

Poco se sabe del argumento de la ópera, ni siquiera quién está siendo el encargado de escribir el libreto. Algunos rumores apuntan a que la ópera podría desarrollar la historia de Blanco Herrera, el protagonista de la canción “El muerto vivo”. Sobre la puesta en escena, Mortier dice guardar un as en la manga que sorprenderá a todos.

PS: esta noticia es una ficción que debería ser real. En vez de traerse a una mamarracha como la Abramovic a hacer una frikaca balcánica, debería por lo menos hacer algo un poco más de aquí, y a mi Peret me en-can-ta.

Estimados Alberto y Ana:

Me permito enviaros esta carta a ambos en calidad de alcalde de Madrid (Alberto) y futura alcaldesa (Ana) cuando Alberto decida dejar plantados a los madrileños (de dudoso gusto) que le votaron para irse a acompañar al tito Mariano en el más que probable (y temible) futuro gobierno de este país, España.

Quiero pediros que por favor detengáis el acoso a la comunidad gay que lleváis unos años practicando. Empezaste tú, Ana, con tus famosas declaraciones de las peras y las manzanas. Luego, en calidad de concejala de medio ambiente, hiciste varios amagos de sacar las fiestas del orgullo gay de la ciudad y llevarlas a un sitio tan atroz como la casa de campo. Ahora este año, entre los dos habéis montado una pantomima bien graciosa:

• Primero prohibís celebraciones en la plaza de Chueca, con la excusa de que molestan a los vecinos.
• Ante las protestas incrédulas de medio Madrid, ofrecéis como alternativa la plaza de la Luna. ¿Qué pasa que esa no tiene vecinos? Ya se os empieza a ver el plumero, es simplemente para joder. ¿Os imagináis al alcalde diciendole a los hinchas del Real Madrid que no les deja celebrar la copa del Rey en Cibeles porque hay nosequé historia y que a cambio les deja Neptuno?
• Como algún asesor espabilado os explicó que no colaba la excusa de molestar a los vecinos, rebuscásteis hasta dar con la excusa perfecta: hay una residencia de ancianos a menos de 150 metros de la plaza.
• No os importó que la la directora de la residencia dijera que el ruido no molestaba, que no la usaran como excusa, y que ella estaba a favor de que se celebraran conciertos en la plaza de Chueca.
• Finalmente llegáis a un acuerdo (más bien un esperpento) para escenificar la tontería mayor del siglo: un concierto silencioso con un escenario tapado por metacrilato (en julio en Madrid, ¡ja!) y unos auriculares inalámbricos. Eso no se lo cree nadie.

Al hilo de este acoso y de la pantomima montada me gustaría comentaros dos cosas.

Primero: que los gays de Madrid (y de toda España) queramos celebrar el orgullo en la plaza de Chueca no es un capricho. Es algo importante, porque la plaza de Chueca es un símbolo. Un símbolo de lo que nuestros mayores tuvieron que padecer y luchar para conseguir este grandísimo logro de la sociedad española: sacar a la homosexualidad de la marginalidad más profunda y convertirla en algo normal. Exactamente igual que la plaza de Chueca, nido de droga y delincuencia en los 70 y 80, donde convivían putas, yonkis, camellos que se ha transformado hasta convertise en uno de los mejores barrios de madrid orgullo de todos los madrileños. Es algo así como el valle de los caidos para los franquistas, pero sin un pasado sanguinario de muerte, destrucción y aplastamiento de la democracia detrás.

Segundo: Las fiestas del orgullo gay de Madrid son un orgullo para Madrid. De hecho son las fiestas más importantes de Madrid, las que más visitantes traen a la ciudad y las que más dinero dejan a la ciudad. Por encima de San Isidro, las fiestas de la Paloma o cualquier otra fiesta de otro barrio. Esto es un hecho indiscutible, por mucho que queráis obviarlo. Y como regidores de la ciudad, es vuestra obligación apoyarlas, fomentarlas y hacerlas crecer, como hace por ejemplo el ayumtamiento de Pamplona con los San Fermines, el de Valencia con las Fallas, el de Bilbao con la semana grande, el de Sevilla con la Feria de Abril, etc…Madrid es una ciudad maravillosa y durante las fiestas del orgullo, todos los madrileños, sin importar su sexualidad se sienten orgullosos de su toleracia.

Finalmente, una vez expuestos mis argumentos y casi confiado de que caeran en saco roto, me permitiría sugeriros a todo el PP que os quitéis la careta de tolerantes y mostréis vuestra auténtica cara homófoba y acosadora con los diferentes a vosotros. No tenéis ya que temer la pérdida del voto “rosa”, porque todos los homosexuales de derechas os votaban pero se sentían incómodos por votar a un partido de derechas homófobo, se han pasado a otro partido de derechas, que con estos temas es mucho más tolerante (y populista): UPyD.