Cuando todo empezó Luis tenía 16 años y sólo pensaba en el monopatín y en los videojuegos. Fue por los videojuegos, jugando on-line, como conoció a Mario que por aquel entonces tenía 24 y preparaba sus oposiciones a Abogado del Estado. A las partidas on-line siguieron partidas en casa de Mario en las tardes de domingo que pronto se convertirían en tardes y noches de amistad y sexo.
De lo que no tenían ni idea Luis y Mario cuando empezaron su atípica relación aquel verano era que Luis había dejado embarazada un mes antes a María, su mejor amiga. Fue uno de esos polvos de adolescentes de querer probar, de jugar con la sexualidad.
Cuando se enteraron los padres de María, que también tenia 16 años, solo dieron una opción: abortar. Cuando Luis se enteró se le vino el mundo encima. Él estaba muy agusto yendo al instituto, patinando y follando con Mario, al que ya empezaba a llamar novio. Mario fue el único que mantuvo un poco la calma. Quiso conocer a María. Se hicieron buenos amigos y fue quien le propuso que se fuera a vivir a su casa cuando ésta decidió que quería tener el niño. Los que eran padres al principio de esta historia, esto es, los padres de María, de Luis y de Mario, todos fieles votantes del PP, pensaban que todo era una locura. Aún así lo hicieron.
Luis y María se cambiaron a un instituto cercano a la casa de Mario y consiguieron terminar primero de bachillerato con parto incluido. Fue niño, y entre los tres decidieron que se llamaría Jorge. Mario por su parte aprobó las oposiciones en el segundo puesto de su promoción y se cambiaron a un piso más amplio con habitación para el bebé. El segundo de bachillerato de Luis y María fue más duro. María se tuvo que volver a cambiar de instituto para ir a uno nocturno y ocuparse del bebé por las mañanas. Después de comer venía Luis y se hacía cargo del pequeñajo mientras estudiaba o jugaba a la consola. Por la tarde volvía Mario y compartía unas horas con Luis antes de que llegara María para cenar todos juntos. Mario era muy buen cocinero y eran los mejores momentos del día.
María y Luis aprobaron la PAU sin problemas y a Mario le ofrecieron un puesto en el Tribunal de Justicia Europeo en Luxemburgo. Ese verano les tocó estudiar francés intensivamente a los tres. Incluso el pequeño Jorge empezó a decir sus primeras palabras en Francés. En septiembre ya tenían piso en Luxemburgo. Maria empezó Ingeniería Civil y Luis prefirió esperar un año porque no tenía claro qué quería estudiar y prefería quedarse con el pequeño Jorge más tiempo. Además, encontró nuevos amigos con los que patinar algunas tardes.
Todos los que eran padres al principio de esta historia reconocieron que aquello era una familia. Una familia contra la que ellos se habían manifestado en 2007. Una familia feliz.
Qué bonita historia! Lo que hizo Mario es admirable.
Sin duda alguna, la gloriosa gesta mariana (de Mario) es digna de elogio, pero seamos serios, nadie en su sano juicio, se lleva al niñato, a la preñada y al niño a Luxemburgo como carga de manutención. No es imposible, pero es más improbable que un tornado en Orense.
Muy bonita historia, muy irreal, pero muy bonita.