El drama de los gustos ortogonales es uno de los dramas afectivo-sexuales más frecuentes en el mundo marica. ¿En qué consiste? En tener gustos afectivos diametralmente opuestos a los gustos sexuales. Con un par de ejemplos seguro que lo entienden muy bien.
P es un amigo guapo a rabiar de 20 añitos. Además de ser guapo y estar bastante bueno es divertido, inteligente y buen tío. Sin embargo P folla poquísimo y nunca ha tenido pareja. ¿Por qué? Pues porque a P le gusta tratar con gente inteligente, buenas personas, cultas y algo comprometidos en la lucha socialista. Pero sexualmente es otro tema. A P lo que le pone es un tío cabrón, con pinta de malote y un tanto bruto. ¿Resultado? Que los tíos que son sus amigos nunca le van a poner sexualmente, y los tíos con los que follaría no cumplen los requisitos mínimos para tener una amistad y una confianza que le permitan follar a gusto.
A M le ponen los niñatos. Aunque él ya anda casi por la treintena nunca ha tenido problemas para conquistarlos: su labia, su encanto y sus ojazos conquistan a cualquiera. El problema viene después: es incapaz de manetner una relación mínimamente estable con ellos. M, con cierto punto de inmadurez, necesita rodearse de personas maduras con las cosas claras que aporten estabilidad a su vida.
La solución a este drama es complicada porque los gustos son difíciles de cambiar. Suele, por tanto, implicar una renuncia a la satisfacción plena de los gustos afectivos o de los sexuales. Así M ha decidido que, aunque le sigan poniendo los niñatos más que nada en el mundo, tiene que cambiar su target y juntarse solo con gente de su edad o mayores a ver si así consigue tener una pareja estable.
No me extiendo más en el tema que parece que P quiere venir a casa a no sé qué.