Heteros, bisexuales y gays: la verdadera escala

Lo de ser gay o hetero es como lo de ser de izquierdas o de derechas: los hay que lo son más que otros. Igual que en política utilizan una escala del 0 al 10 para definir la ideología política de las personas, presentamos la genuína escala de gaycidad pastosa:

escala

0: hetero al que ni se le pasa por la cabeza comerse una polla o que se la coma un tío

1: hetero al que se le pasa por la cabeza comer pollas o que se la coma un tío pero no lo hace porque él es muy hetero

2: hetero que ha comido un par de pollas y siempre usa el alcohol como excusa. Se la comen a él pero sin mariconadas.

3: “hetero curioso” que tiene novia pero le pone lo cuernos con tíos. Normalmente le gusta que le follen

4: bisexual que se lía más con tías que con tíos por quedar bien

5: bisexual puro que va al 50%

6: bisexual de palo que se lía con mas tíos que tías para quedar bien

7: marica que se lía con sus amigas cuando no puede liarse con ningún tío

8: marica que en su juventud se lió con un par de tías por inercia. Iba muy borracho y no se le puso dura.

9: marica que dice que él si se follaría a Britney Spears pero es puro postureo

10: marica que chilla cuando ve un coño

 

Los insultos en el sexo

Los insultos en el sexo son un tema curioso. Hay personas a las que les pone insultar y otras a las que les pone ser insultadas. Esto, en general, suele ir asociado a los roles de dominantes y de sumisos respectivamente. Sin embargo no a todos los dominantes les guste insultar ni a todos los sumisos ser insultados.

Cuando se junta alguien al que le gusta insultar con alguien al que le gusta ser insultado todo funciona maravillosamente: aquello se convierte en una orgía de insultos y todos felices. ¿Pero y si a uno de los dos no le va ese rollo? Dependiendo del grado de sacrificio de cada uno algunos aceptarán insultar con desgana para hacer a su pareja feliz igual que otros aceptarán resignados los insultos.

¿Cómo se empieza? ¿Cómo saber que a alguien le gusta o no insultar o ser insultado? Nadie lleva en la frente un cartel que diga “me gusta que me llamen zorra” ni “si te llamo puta me pongo más”. Pues como casi todo lo que se tiene que descubrir en el sexo: por tanteo y esperando reacciones. Uno podría pensar que como el insulto es un acto de comunicación unidireccional donde el emisor es el insultador y el receptor el insultado toda la responsabilidad está en el lado del insultador y debe ser él el que inicie el tanteo con insultos lights y esperar la reacción del insultado. Pero los insultados también tienen sus armas: pueden lanzar señales más o menos indirectas como el famoso “¿quieres que sea tu putita?” o directamente pedir el insulto: “llámame zorra“.

En general los insultos preferidos en estos menesteres son aquellos que denigran a la persona en el propio plano sexual. Los genéricos “hijoputa“, “cabrón“, “gilipollas” tienen poco gancho y son preferidas cosas como “zorra“, “puta“, “guarra“, “nenaza“. Para aquellos integristas de género a los que les gusta que le insulten pero solo en masculino (porque ellos son muy machos) las opciones quedan más limitadas. “Zorro“, “puto” y “guarro” tienen muy poco gancho y algunas de las alternativas son “niñato“, “mariconazo“, o “comepollas” (que es neutro y vale para todo).

Una vez rota la regla de no hablar durante el sexo los insultos pueden pasar de simples palabras a frases más elaboradas que andan entre el insulto y demostración de la sumisión. Así, por ejemplo, tenemos:

  • Preguntas retóricas: “¿Te gusta que te reviente el culito, eh niñato de mierda?“, “¿quieres más, zorra?
  • Órdenes innecesarias: “Traga, puta
  • Preguntas logísticas: “¿Quieres que llene tu boquita de guarra con mi lefa caliente?
  • Alusiones a los cuernos: “Esto no te lo hace tu novio, ¿verdad?
  • Piropos: “Me encanta ese culo de puta que tienes“, “sigue, eres el mejor comepollas que he visto en mi vida
  • Afirmaciones posesivas: “eres muy puta pero este culo es mío

No duden en dejar en los comentarios sus insultos preferidos o más odiados así como sus experiencias divertidas y curiosas.

Maricas, profesiones y sexo

Una de las preguntas clásicas entre maricas que se quieren conocer o tocar es la de “¿A qué te dedicas?”. Con la respuesta a esta pregunta cada uno tratará de armar en su cabeza una imagen sobre esa persona basada en tópicos propios sobre profesiones y maricas.

Aquí van mis tópicos personales.

  • Bailarines: el culo duro como un hueso de melocotón está asegurado pero en contra de la creencia popular de que un cuerpo estupendo y una flexibilidad sin igual proporcionarán noches de sexo maravillosas los bailarines suelen tener un punto narcisista y tienden al inmovilismo en la cama. Lo que viene siendo un pasivo-mueble.
  • Peluqueros: tienen el terrible hándicap de que no se les puede tocar el pelo mientras se ve una película con helado y manta. Nadie los puede despeinar. Y esto en la cama también se nota, adiós a acariciarles la cabecita mientras te la comen o a agarrar. El sumun de esta locura capilar me sucedió una noche que me lié con un muchacho mono en una discoteca. Trataba de convencerlo para venir a mi casa (al fin y al cabo ya tenemos una edad para quedarnos en besitos en la discoteca) pero él tenía que trabajar a las 12. Le dije que no había problema, que se quedara a dormir un rato en mi casa y fuera directamente al curro. Me dijo: “tendrás plancha del pelo en casa, ¿no?”. Le dije que había cambiado de idea y que estaba muy cansado y que mejor lo dejábamos. Era peluquero.
  • Cantantes: realmente hay que disntinguir entre los cantantes de verdad (cantantes de orquestas de pueblo, cantautores de bares de la capital, eurovisivos, etc…) y wannabes de triunfitos. Los primeros suelen ser unas guarras (con todo lo positivo que esto lleva a veces) y los segundos son wannabes de guarras.
  • Camareros: Un amigo dice que son los amantes perfectos: trabajan los fines de semana y te dejan tiempo para salir a tu bola con tus amigos y están libres entre semana para hacerte compañía en las tardes y noches aburridas.
  • Estudiantes de comunicación audiovisual: Este grupo es tan inmenso que forman un subuniverso a parte en el que se repiten infinitud de subdivisiones.
  • Actores: prepárate para estar todos los días de fiesta con ellos. Te pondrán los cuernos sin que sospeches nada. No siempre buscan algo a cambio de comértela y están muy falticos de cariño.
  • Opositores: son amantes-novios de domingo. Se pasan toda la semana estudiando sin parar y el sábado por la noche desfasan. Polvazos intensos siempre.
  • Médicos: los que más fuman, los que más beben y los que más se drogan. Vicio, vicio.
  • Voluntarios de ONGs: muy voluntarios para algunas cosas pero anda que no cuesta que hagan otras… ¡qué chicos más difíciles!
  • DJs: en la cama se creen igual de guays que en su discoteca.
  • Políticos: gente muy dual. O la comen muy bien pero follan muy mal o viceversa.
  • Cajeros del Día, Mercadona y similares: son un amor. Siempre con la sonrisa. Mimosetes con ataques de orgullo. Exigentes en la cama pero entregados.
  • Diseñadores: sus polvos son otra expresión de su arte. Cómo se lo curran y esfuerzan sin esperar nada a cambio.
  • Policías: pasivos y siempre quieren más. Y que les zurren.