Reconozco que de todos los cantantes maricas que nos han atormentado los últimos diez veranos David Civera es el que mejor me cae. No tiene ese lado tenebroso y cuartoscurero que tenía Raúl, ni el rollito playero de los D’Nash. David era un chico de su pueblo y actua como tal. No se las intenta dar de lo que no es, y así, cuando canta y baila el “Bye Bye” no oculta que el jamás podría ser un mafioso, y ahí reside su encanto. Es tan patético que dan ganas de darle un abrazo. Encima la canción tiene trompetillas, y los vientos vienen muy bien para el verano.
Una alegría ver hoy que van al colgar esta canción en la singtore del singstar. ¡David! Este verano cantaremos contigo.