Desde hace unos días no paro de leer por twitter a americanos quejarse por los supuestos peligros del escáner corporal que han puesto como obligatorio en algunos aeropuertos (TSA o “nude scanner”) y de la violación de la privacidad que supone. Me hace gracia que la gente se queje de esto teniendo en cuenta la cantidad de información mucho más sensible de que dispone el Tío Sam y otros gobiernos sobre nosotros:
- Las enfermedades que tenemos, el porno que nos gusta, nuestras tendencias políticas y en general cualquier cosa que busquemos en google (¡ilusos! pensábais que la CIA, la NSA y alguno más no tienen pinchado google?)
- Dónde dormimos, a dónde viajamos
- Cómo, cuándo, dónde y en qué gastamos nuestro dinerito (¡ay! benditas tarjetas de crédito)
- …
¿Qué más dará que sepan como tenemos la polla? Porque si encima son tías ya si que no lo entiendo… las tetas grandes o pequeñas se ven a simple vista.
Quizá es que solo sigo en twitter a gente que la tiene pequeña y le importa y a mujeres que usan relleno.