Solo conocí a uno de mis abuelos. Cuando yo era pequeño enfermó gravemente y a los pocos años murió. Sin embargo me dio tiempo a aprender muchas cosas de él:
- Aprendí a cantar tangos.
- Aprendí a mover el hielo en un vaso de whisky para que se enfriara rápidamente a la vez que se rebajaba un poco.
- Aprendí lo que era la política.
- Aprendí a respetar y querer a personas con ideas muy diferentes a la mías.
- Aprendí el arte de la ironía.
- Aprendí a admirar el ingenio.
- Aprendí el humor más fino.
- Aprendí la importancia de la familia.
- Aprendí que no hay que ser rico para ser feliz.
Grandes cosas, sí señor.
El más emotivo post que te he leido, caro Pastoso.