Cantemos “bye bye”

Reconozco que de todos los cantantes maricas que nos han atormentado los últimos diez veranos David Civera es el que mejor me cae. No tiene ese lado tenebroso y cuartoscurero que tenía Raúl, ni el rollito playero de los D’Nash. David era un chico de su pueblo y actua como tal. No se las intenta dar de lo que no es, y así, cuando canta y baila el “Bye Bye” no oculta que el jamás podría ser un mafioso, y ahí reside su encanto. Es tan patético que dan ganas de darle un abrazo. Encima la canción tiene trompetillas, y los vientos vienen muy bien para el verano.

Una alegría ver hoy que van al colgar esta canción en la singtore del singstar. ¡David! Este verano cantaremos contigo.

httpv://www.youtube.com/watch?v=Y1n50Ihx1rw

la discoteca (marica) que falta en Madrid

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Madrid es una ciudad grande. Si hablamos en términos maricas, Madrid es una ciudad MUY grande. La gente puede pensar, que un marica en Madrid puede encontrar todo lo que siempre ha soñado. Sin embargo, con respecto al ocio nocturno, yo echo en falta una discoteca.

Bueno, he dicho ocio… y eso no es del todo correcto. Si las discotecas fueran lugares de ocio puro no estarían sesgadas por géneros (maricas y no maricas, para entendernos). Son una mezcla de ocio y de “a ver si ligo”. Para que alguien vaya a una discoteca  tiene que serle atractiva en cuanto a música y público. Y aquí es donde entran en juego las tribus urbanas: grupos de personas de gustos estetico-musicales parecidos. Como buena ciudad capitalista, Madrid y sus empresarios tratan de satisfacer a todas las tribus urbanas suficientemente numerosas como para que les salga rentable el invento, y así, tenemos:

  • Elastico y 8 y 1/2: Para las “modernas”. Esas que no saben quienes son los Smiths pero idolatran todo lo que suena a ellos. Esas que no saben que 8 y 1/2 era una película de Fellini pero todas estudian cine. Al final es el mismo petardeo musical de siempre pero queriendo parecer modernos.
  • Stardust: versión sucia de las modernas y por tanto, música más sucia, electrónica y con nombres imposibles.
  • Liquid: treintañeros contentos con su vida, sus cuerpos pero no con su vida sentimental. Pero tienen que parecer muy felices y sonreir a la vez que escuchan la música de su Madonna querida negandose a aceptar que los 90 pasaron.
  • Cool: Musculocas sudorosas restregandose al son del dance más pachanguero
  • Boite: Pijas y más pijas. Hasta hace poco no tenían su sitio marica donde lucir sus Tommys, sus Lacoste y sus Ralphs. Ahora son felices bailando disco comercial barato.
  • Ohm: Drogadictas, que solo pueden escuchar house.
  • Delirio: Esta es más dificil de clasificar, pero la tribu predominante son las sudamericanas divinas con mucho tiempo libre a la caza de marido. Evidentemente sólo suena petardeo
  • Long Play: Bakalas y pokeros maricas junto a niñatas divinas que se dividen entre un pachangueo post-moderno y el  bakalao.

Con esta oferta se quedan varias tribus maricas sin discoteca a la que ir. A algunas de ellas no les importa: las opera queens tienen el Teatro Real par divertirse a la vez que cancanean, y las perrifláuticas nunca irían a una discoteca teniendo calle y casas okupas para el invierno. Sin embargo… ¿qué pasa con las maricas rockeras? ¿Las que quieran oir a Fito o Extremoduro? ¿Las que quieran bailar a Aretha? ¿Las que se emocionen con los Rodriguez o los Fabulosos Cadillacs? ¿Las que echan de menos a Nirvana? Se joden. No hay sitio para ellas. No sé si es que somos pocas o tontas, pero nos jodemos.

Si Renato Carosone levantara la cabeza

Si Renato Carosone levantara la cabeza probablemente lo primero que haría sería taparse los oídos. Quién le iba a decir a este buen hombre napolitano que en 2010, 8 años después de su muerte dos desgraciados australianos que se hacen llamar Yolanda be Cool destrozarían su maravillosa canción Tu vuò fà l’americano. Lo peor no es que la hayan destrozado en una horripilante remezcla; al fin y al cabo, todo el mundo tiene derecho a destrozar las canciones que quiera en privado, en la ducha e incluso con amigos. Lo lamentable de todo esto es que la canción haya alcanzado el número uno en países tan lamentables como Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Holanda, Hungría, Reino Unido, Suiza, etc… En España solo ha llegado al número dos, lo que demuestra que los españolitos tenemos solo un poquito menos de mal gusto que nuestros vecinos europeos.

Transportémonos por unos segundos a la Italia de los años 50 con la versión original:

httpv://www.youtube.com/watch?v=BqlJwMFtMCs

Recientemente, y con buen gusto, Anthony Minghella incluyó esta canción en su fallida versión de El Talento de Mr. Ripley, y es uno de los mejores momentos de la película: el tramposo Mr. Ripley (Matt Damon) que no tenía ni idea de Jazz se había escuchado un montón de discos de este género para empatizar con Dickie (un empalagosísimo Jude Law). Una noche Dickie lleva a Ripley a una de sus correrías nocturnas que acaba en un club de jazz, donde los músicos, amigos de Dickie tocan con él Tu vuò fà l’americano e invitan a Ripley a cantar. Entre los tres (con ayuda del músico Fiorello y el quinteto de Guy Barker) se marcan una versión estupenda:

Esto es música, y no lo que todos esos estúpidos maricas, heteros, bolleras y asexuales sin cultura se empeñan en bailar todas las noches de este puto verano. Un beso para todos los Djs que nos atormentan con el papapamericano. Y otro para los dueños de esas pistas de baile donde se fomenta el mal gusto. Nos veremos en el infierno