Ya hablamos por estos lares de quedar con un desconocido para “conocer y lo que surja”. Esta vez seremos mucho más prosaicos: quedar directamente para follar. Y lo haremos desde el punto de vista del que recibe (al otro en su casa, luego follando puede dar o recibir).
Para el juega de visitante es muy fácil: va donde le dicen y se entretiene andando el camino. Sin embargo el que juega de local tiene todo ese tiempo de espera eterna en casa. ¿Qué hacer? La gente más tranquila podrá quedarse leyendo, jugando a la consola o viendo la tele. Sin embargo los más nerviosos optarán por los preparativos y la logística del futuro encuentro.
Música
No, no hablamos de música para follar. Hablamos de la música prepolvo que sonará en el salón durante la charla o la birra (si es de esos polvos y no un “según entras por la puerta te meto lengua”). ¿Qué poner? ¿Algo animado? ¿Algo de fondo? ¿Jazz porno? La elección de la música puede servir para mandar mensajes que son irrelevantes para el polvo en sí pero no para el poso que se deja como persona. Es ese factor sorpresa que suma puntos estilo “vaya, Extremoduro, así que no eres una marica más de Lady Gaga” o “oye, ¿qué grupo es este? porque mola un montón“.
Orden
¿Está la casa muy desordenada? ¿El fregadero lleno de platos sucios? ¿Condones por el suelo del polvo anterior? Algunos optarán por ordenar y recoger para no causar una mala impresión en el invitado. Sin embargo, dependiendo de su carácter, puede o no ser completamente irrelevante.
Logística del polvo
Levantarse a mitad del polvo para cruzar la casa en busca de condones puede ser un poco cortarollos así que el momento de espera puede utilizarse para preparar la logísta del polvo. Esto, en un polvo gay, viene a ser:
- Condones
- Lubricante
- Juguetes sexuales
- Elementos de limpieza posterior. Ya saben, aquello del papel higiénico, pañuelos de papel o toallitas húmedas según el pijismo.
Todo esto se ha de colocar en su lugar correspondiente. Hay gente que es muy ordenada y organiza el polvo por fases o etapas (preliminares en el salón, mamadas en el sofá del dormitorio, penetración en la cama). Por tanto cada cosa a su lugar.
Ropa
Si el anfitrión acaba de llegar de la calle y está vestido lo normal será que se deje la ropa que tiene puesta, pero ¿y sí se está todavía en pijama? ¿y si se quiere uno poner con algún look especial?. La opción pijama para muchos tiene su punto, lo mismo que el rollo deportivo del chándal. Aquí ya se irá jugando con los morbos del invitado para ir más pijo o más macarra. La opción de recibir directamente en gayumbos puede tener su morbo pero limita el bonito juego de desnudar. En cualquier caso, gayumbos limpios y de los “de follar”.
Luz
Otro preparativo importante es adecuar las estancias de la casa a la luz que cada uno quiera para no tener que andar cerrando persianas y encendiendo lamparitas de luz tenue “para follar”. Habrá algunos que hasta enciendan velas. Y morirán muchos gatitos.
Esconder cosas de valor
Y aunque pueda sonar excesivamente desconfiado hay mucha gente que cuando queda por primera vez con un desconocido guarda la cartera y móvil en algún cajón o lugar secreto. Y por supuesto no se duchan hasta que el tipo se ha largado.
Bonus
En esta última sección todas las rarezas:
- Los anfitriones voyeurs prepararan la cámara escondida para grabar el polvo. Los invitados paranoicos revisarán la casa en busca de cámaras ocultas.
- Los culturetas colocarán disimuladamente un libro de la editorial Acantilado sobre la mesa, como a medio leer, para que el invitado vea que es hombre de merecer.
- Los porreros dejarán la marihuana visible por si al invitado le va el rollo y cae un porrito antes para hacer la cosa más fluida.
- Los gaymers pondrán su juego favorito en pause por si su polvo lo reconoce y podría empezar en ese cochino polvo una relación de amor.
- Los que hayan mentido diciendo que no fumaban para no perderse el polvo esconderán todos los ceniceros, se lavarán los dientes 3 veces y se comerán 2 chicles de menta.
Y ustedes, ¿qué hacen mientras esperan a que llegue ese amante fugaz?