Me gusta el fútbol

Hay canciones que retratan de manera maravillosa una época de nuestra historia. “American Pie” de Don McLean cuenta la historia del rock and roll (y de los Estados Unidos) entre 1959 y 1970. En España tenemos otros magníficos ejemplos, como la soberbia “De purísima y oro” que es una crónica de la posguerra o “La murga de los currelantes” de Carlos Cano que refleja cómo vivió el pueblo español el final del franquismo y la transición.

Sin embargo el mejor reflejo de los últimos años 80 y principios de los 90 lo encontramos en anuncio de televisión con su propia canción: “Me gusta el fútbol” de Canal+:

No falta nada de aquella España que acababa de entrar en la Unión Europea, vista siempre desde la óptica de la pasión por el fútbol y la pelota y con un toque de grabación casera de aquellas primeras cámaras de vídeo rudimentarias. No fata nada:

  • Los viajes del Imserso para la tercera edad al levante español, normalmente en temporada baja y con un fresquete que obligaba a llevar camisa

  • La superación del machismo, donde los niños podían jugar con muñecas y las niñas podían jugar al fútbol:

  • La baja productividad española de jornadas maratonianas en la oficina:

  • Las mini piscinas de plástico con las que la clase media española pudo sentirse un poco más cerca de la clase alta remojando a los niños y animales:

  • Los curas, que nunca han desaparecido de España y mucho menos de los colegios:

  • Los chalets adosados de la clase media-alta:

  • Y aquellas pelotas hinchables gigantes que regalaban las marcas de crema para el sol:

Nunca se había dicho tanto en tan sólo 30 segundos. Una auténtica obra de arte. Y una canción cojonuda.

Rajoy, el matrimonio homosexual, el nombre y la familia

Esta mañana la Cadena Ser ha realizado una entrevista a Mariano Rajoy donde ha vuelto a insistir en uno de sus temas favoritos:

 

nosotros, eh…mi discrepancia en el tema del matrimonio homosesual, que lo hemos recurrido al tribunal constitucional, está en el nombre,  ¿no? fundamentalmente en el nombre

 

Su discrepancia está en el nombre. Parece que da a entender que lo demás está bien, que solo un asunto tan nimio como el nombre es lo erróneo. Y si solo está en desacuerdo con algo tan poco importante como el nombre, ¿por qué lo recurre al Tribunal Constitucional que es un Tribunal muy serio que tiene asuntos mucho más importantes que atender que un simple nombre? La respuesta es bien sencilla: porque para ellos, el nombre es muy importante. Al querer obligar a usar otra palabra para los matrimonios que se celebren entre dos personas del mismo sexo quiere decir bien alto: “Ey, lo nuestro sí es matrimonio de verdad, lo vuestro no”, “Nosotros sí tenemos matrimonios normales, vosotros no”, “Nosotros sí somos familias, vosotros no”, “Nosotros sí somos normales, vosotros no”.

También es terrible el modelo de familia tradicional que viene a defender el señor Rajoy y sus huestes populares: un padre y una madre muy trabajadores con dos niños preciosos vestidos de Ralph Lauren que pasan los domingos en el club de golf. Llamar a esto familia tradicional a parte de ser una estupidez es una grandísima mentira que demuestra una falta terrible de conocimiento de la historia de los últimos veinte siglos. Si el señor Rajoy quiere hablar de familias tradicionales tendría que hablar de familias donde el marido compra a la esposa, el padre de ella da una dote al marido, hombres que se casan con una jovencita, la matan a base de parir 14 hijos y se vuelven a casar con otra jovencita, mujeres que deben obedecer a sus maridos, madres que su única misión era amamantar y criar a los hijos, padres que no se preocupaban de la educación de sus hijos, etc… Nos guste o no esa es nuestra historia (bastante influida, por cierto, por la iglesia católica) y si existe una tradición es esa. Afortunadamente los tiempos han cambiado, y las familias han evolucionado y se han adaptado a los tiempos con cambios mucho más impactantes que el hecho de que haya un padre y una madre o dos padres o dos madres: la incorporación de la mujer al mundo laboral, el reparto de tareas domésticas, los divorcios y las familias monoparentales, etc…

Si hay alguna mariquita pepera leyendo esto (a las que en breve dedicaremos una entrada) me gustaría recordarles unas líneas básicas de pensamiento de ese partido al que piensan votar:

  • “Los homosexuales son diferentes a nosotros, nosotros somos los normales y los buenos”
  • “Las familias buenas son las nuestras, las vuestras no son normales ni buenas”

Fobia a la lefa

En general, a la mayoría de los maricas les gusta la lefa. Les encanta.

Existe sin embargo un amplio grupo que, aunque disfruten viendo generosas corridas en las películas y videos porno de turno, a la hora de la verdad les da asco. Tienen fobia a la lefa. Yo los denomino (en una  maravillosa cacofonía): lefófobos.

Los lefófobos olvidan que el semen producido en una corrida es el maravilloso resultado del orgasmo que acaban de provocar en otra persona o en ellos mismos y se centran en la parte más física: un líquido pegajoso y calentorro.

Follar con lefófobos suele violentar el final del sexo, porque o como activo te corres dentro del condón, o te quedan pocas posibilidades. No estamos aquí hablando de prácticas de riesgo como correrse en sus bocas, sino cosas mas light como hacerlo en sus caras, sobre su pecho o sobre esos maravillosos abdominales que a veces tienen. “No, te corres para ti”, dicen algunos. Otras veces, como haciendo un sacrificio por amor, dejan que se corran sobre ellos. Pero el gozo del reciente orgasmo en un pozo, porque inmediatamente saltan de la cama o de donde se hallaran para ir a buscar un triste rollo de papel higiénico para limpiarse, cortando así, de manera abrupta y limpia toda esa mezcla de agotamiento suciedad y relax que sucede a un orgamo. ¡Con lo bonitos que son esos momentos de dos amantes sobre la cama después de un polvazo, pringados de lefa, mirándose a la cara o al techo, haciendose alguna caricia, hablando o simplemente guardando un maravilloso silencio!

 

Lugares de moda para ligar

Eso de ligar en las discotecas, pubs, lugares de cruising habituales y gimnasios ya no está de moda. Y qué decir de ligar por redes sociales: demodé total y muy poco elegante. Ahora la moda está en, como los heteros, ligar en los lugares cotidianos:

  • En el mercadona: atención especial a esos chicos guapos que van a comprar solos a última hora de la tarde. Trabajan, son buenos partidos y según lo que lleven en la cesta de la compra os podréis hacer una idea de qué tipo de chicos son: mariquitas sanas si solo llevan cosas para ensalada, depresivas si llevan demasiado helado, etc… Ojo a que no lleven compresas o tampones que les hayan encargado sus novias dominantes.
  • En las tiendas de videojuegos: una mina de chicos armarizados de todas las edades. Si os gustan los geeks, es vuestro lugar.
  • En museos y exposiciones: llenos de culturetas y modernos. Además tendrán las defensas bajas ante tanto éxtasis artístico.
  • En el transporte público: el metro y el autobús siempre han sido clásicos de las miraditas sugerentes. Atrevéos a dar el último paso dándoles vuestro teléfono.
  • Los trenes de larga distancia: principalmente porque tienen cafetería y podéis recorrer todos los vagones fichando al personal o levantaros hacia ella cuando pase alguien interesante.
  • En una casa okupa: podréis encontrar hippies y punks con alto porcentaje gay y muy dados al amor fácil.
  • En cualquier agrupación política juvenil de vuestro barrio: chicos por debajo de los 30 llenos de ideales.
  • En cursos de cocina: están llenos de chicos que se han ido a vivir solos y buscan una manera de subsistir. Comer es una necesidad que hay que cubrir. El sexo también.

La virginidad

Existe una moda, muy extendida estos dias entre el colectivo homosexual más joven, que consiste en sentirse orgullo y presumir de “virginidad”. Para poder comprender este fenómeno pasamos a realizar un breve análisis sobre el tema.

La virginidad, como hecho físico, significa la presencia de un himen intacto en la mujer. Por tanto no es un concepto aplicable al hombre.

Existe otro concepto de virginidad: la virginidad sexual. Ésta si es aplicable tanto a hombres como a mujeres. Esta virginidad sexual viene determinada por el hecho de haber tenido relaciones sexuales o no. Sin embargo esto nos trae un nuevo problema: ¿Qué son relaciones sexuales?. En la respuesta a esta pregunta está el quid de la cuestión.

La corriente más extendida considera que una relación sexual es aquella que ocurre entre dos o más personas que mantienen un contacto prolongado  que involucre los genitales y/o el ano. Así, se consideran relaciones sexuales: una mamada, las típicas pajillas mutuas entre amigos jugando a la play, un beso negro, penetrar a tu novio con un consolador, un bukake, hacerle un dedo a una chica, comerle el coño, la penetración vaginal, la penetración anal, una doble penetración, etc…

Otra corriente, minoritaria y a opinión de los autores de este blog errónea, considera relaciones sexuales únicamente aquellas en las que hay penetración vaginal o anal con el pene. ¡Qué antiguos! A esta corriente se adhieren los mariquitas a los que nos refeíamos al comienzo del artículo. No han penetrado ni han sido penetrados pero se han hinchado a comer pollas, a que se las coman, a pajear y a que les pajeen pero se llaman orgullosamente a sí mismos “vírgenes”. ¡Cuánto daño han hecho los Jonas Brothers!

Un problema derivado de estas concepciones diferentes de las relaciones sexuales es la confusión que de da en el concepto más coloquial de follar. Cuántas veces nos habrá dicho un amigo que lleva 3 meses sin follar y nosotros, amplios de miras con el concepto de relación sexual, nos compadecemos por su triste sequía sexual para luego enterarnos con sorpresa que en esos 3 meses se han comido 12 pollas diferentes, algunas de ellas varias veces. Ah, es que eso no es follar, dicen. Para solucionar este problema lingüístico un sabio amigo, con sus 18 añitos formuló esta maravillosa doble definición: “follar es cualquier cosa, follar follar es polla en culo”. Creo que alguien lo escribió aquella noche en un post-it y le hizo una foto. Mataría por tenerla enmarcada en mi salón.

Las historias de Zorrita y Cultureta: El agua con gas

Zorrita y Cultureta sobre la cama. Cultureta está dormido y Zorrita le despierta haciéndole caricias en el pelo
Cultureta: (despertándose): ¿Qué?

Zorrita: Buenos días, príncipe

Cultureta: Ehh. Quita. Espera. Qué pasa

Zorrita: Tranquilo hijo. Estabas dormido y te estoy despertando porque me aburro

Cultureta: Sí, pero … tú… yo… en mi cama, en gayumbos…

Zorrita: Uy Cultur, ¿No me digas que no te acuerdas de lo que pasó anoche?

Cultureta: No. Y ya me lo estás contando

Zorrita: Joder, pues menudo polvazo me echaste

Cultureta: ¿Queeeeeee?

Zorrita: ¡Que no tonto! Tú te follaste a un orco y yo a otro

Cultureta: No me jodas. Mierda, no me acuerdo de nada. Joder, qué resaca

Zorrita: Es que menudo pedo anoche

Cultureta: Lo último que recuerdo es que estábamos en la puta Boite

Zorrita: ¿Te acuerdas del agua con gas?

Cultureta: ¿Qué agua con gas?

Zorrita: Que te empeñaste en pedir un agua con gas en la Boite porque decías que eso te bajaba el pedo

Cultureta: Déjate de chorradas. ¿A quién coño me he follado? ¿Y a quién coño te has follado tu EN MI CASA?

Zorrita: ¿Y tú te crees que yo me acuerdo de sus nombres?

Cultureta: No, pero cómo eran

Zorrita: Tú no hacías más que decirle al tuyo que se parecía a Brent Corrigan

Cultureta: No jodas, ¿y se parecía?

Zorrita: Que va, pero tu ibas pedo

Cultureta: ¿un orco?

Zorrita: Sí, un puto orco

Cultureta: Joder. ¿Y el tuyo?

Zorrita: Pues era guapete pero la tenía pequeña y no me estaba enterando, así que le dije que estaba muy borracho para follar y lo eché.

Cultureta: Tú en tu línea… ¿Y el mío cuándo se ha ido?

Zorrita: Pues a las 12 apareció por el salón. Me despertó para decirme que se iba, que tu no te enterabas de nada y me vine aquí porque tu sofá es una mierda

Cultureta: Mierda, es que no me acuerdo de nada

Zorrita: Mejor que no te acuerdes. Era un orco

Cultureta: Puff. No vuelvo a beber mi la vida

Zorrita: Agua con gas…

Cultureta: Eso. No vuelvo a beber en mi vida agua con gas. Puto agua con gas.

Jorge

Cuando todo empezó Luis tenía 16 años y sólo pensaba en el monopatín y en los videojuegos. Fue por los videojuegos, jugando on-line, como conoció a Mario que por aquel entonces tenía 24 y preparaba sus oposiciones a Abogado del Estado. A las partidas on-line siguieron partidas en casa de Mario en las tardes de domingo que pronto se convertirían en tardes y noches de amistad y sexo.

De lo que no tenían ni idea Luis y Mario cuando empezaron su atípica relación aquel verano era que Luis había dejado embarazada un mes antes a María, su mejor amiga. Fue uno de esos polvos de adolescentes de querer probar, de jugar con la sexualidad.

Cuando se enteraron los padres de María, que también tenia 16 años, solo dieron una opción: abortar. Cuando Luis se enteró se le vino el mundo encima. Él estaba muy agusto yendo al instituto, patinando y follando con Mario, al que ya empezaba a llamar novio. Mario fue el único que mantuvo un poco la calma. Quiso conocer a María. Se hicieron buenos amigos y fue quien le propuso que se fuera a vivir a su casa cuando ésta decidió que quería tener el niño. Los que eran padres al principio de esta historia, esto es, los padres de María, de Luis y de Mario, todos fieles votantes del PP, pensaban que todo era una locura. Aún así lo hicieron.

Luis y María se cambiaron a un instituto cercano a la casa de Mario y consiguieron terminar primero de bachillerato con parto incluido. Fue niño, y entre los tres decidieron que se llamaría Jorge. Mario por su parte aprobó las oposiciones en el segundo puesto de su promoción y se cambiaron a un piso más amplio con habitación para el bebé. El segundo de bachillerato de Luis y María fue más duro. María se tuvo que volver a cambiar de instituto para ir a uno nocturno y ocuparse del bebé por las mañanas. Después de comer venía Luis y se hacía cargo del pequeñajo mientras estudiaba o jugaba a la consola. Por la tarde volvía Mario y compartía unas horas con Luis antes de que llegara María para cenar todos juntos. Mario era muy buen cocinero y eran los mejores momentos del día.

María y Luis aprobaron la PAU sin problemas y a Mario le ofrecieron un puesto en el Tribunal de Justicia Europeo en Luxemburgo. Ese verano les  tocó estudiar francés intensivamente a los tres. Incluso el pequeño Jorge empezó a decir sus primeras palabras en Francés. En septiembre ya tenían piso en Luxemburgo. Maria empezó Ingeniería Civil y Luis prefirió esperar un año porque no tenía claro qué quería estudiar y prefería quedarse con el pequeño Jorge más tiempo. Además, encontró nuevos amigos con los que patinar algunas tardes.

Todos los que eran padres al principio de esta historia reconocieron que aquello era una familia. Una familia contra la que ellos se habían manifestado en 2007. Una familia feliz.

Twitter

Twitter es una red social de microblogging. 140 carácteres inspirados en los sms para contar las vivencias personales, opiniones y dar noticias. Es una red con relaciones asimétricas, donde una persona puede seguir a otra sin que esto sea recíproco

Como la vida misma twitter está muy segmentando y así, hay gente que sólo siguen a maricas y se creen que en twitter sólo hay maricas, otros que solo siguen a frikis del manga y se creen que solo hay frikis de manga, etc…

Hay quien cuenta su vida en twitter. Los hay que solo hablan de sus aficciones. Hay quienes son famosos y usan twitter para comunicarse con sus fans. Otros lo usan para presumir de lo interesante y divertida que es su vida. Otros para zorrear. Como la vida misma, vamos.

Yo, @ppastosos, tengo 107 followers en twitter a día de hoy. Conozco a 7 de mis followers en persona. Me he tirado a 2. Otros 2, sin conocerlos, me han enseñado la polla por cam. Como la vida misma, vamos.

¿A qué esperas para seguirme en twitter? @ppastosos

20 libros que hay que leer para ser (o parecer) moderno

Atendiendo a las peticiones de @LuisanidoIV@Jotacegarzon y siguiendo con labor divulgativa de este blog, incluimos una lista de los 20 libros que toda persona debería leer para ser “moderna”. O por lo menos para parecerlo, que es mucho más importante.

  • Madame Bovary, de Flaubert. Porque es fundamental para poder explicar los fracasos en la búsqueda de la felicidad
  • Demian o El lobo estepario, de Herman Hesse. Para poder darse ese aire pseudo místico mezclado con psicoanálisis.
  • Retrato de un artista adolescente, de James Joyce. Porque nadie se va a creer que se ha leido el Ulises. Y porque todo moderno aspira a ser artísta.
  • Lolita, Vladimir Nabokov. El fetichismo es una parte fundamental de la modernidad, y el rollo de sentirse adolescente seductor forma parte del crecimiento como moderno.
  • Tokio Blues, de Haruki Murakami. ¿Qué es la modernidad sin la actualidad? Hay que leer a autores de moda para poder hablar de ellos. Aunque sean una bazofia pesada y repetida.
  • En el camino, de Jack Kerouac. Aunque todo lo de la generación beat está ya muy pasado y no es nada moderno, en su momento lo fue y hay que rendir homenaje a los viejos modernos. Y el rollo drogas y poesía siempre queda muy bien.
  • La metamorfósis, de Kafka. Otros relatos de Kafka o El Proceso son inifinitamente superiores, pero este es el famoso, así que un moderno ha de haberlo leido.
  • El principito, de Saint-Exupérie. El moderno no puede renunciar a ese fondo ñoño infantil. Además está muy bien para inventarse simbologías absurdas. Bonus si se lee en público (aunque se lea en 10 minutos).
  • 1984, de George Owell o Un mundo feliz, de Adolf Huxley. Da igual cualquiera de los dos. Lo importante es coger conceptos sobre las distopias y los estados para poder mostrase pesimistas en cualquier situación
  • Farenheit 451, de Ray Bradbury. Importante un libro sobre libros. Porque los modernos leen y se tienen que sentir perseguidos. No importa para nada que el libro más bello e imprescindible de Bradbury sea Crónicas Marcianas. Además eso suena a televisión de los 90 y ya no es nada moderno.
  • El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder. Porque la filosofía de verdad es demasiado dura para un moderno, este libro proporciona conocimientos para poder manejarse en muchas conversaciones de bar modernos. Además siempre quedará la excusa de decir que se leyó de pequeño.
  • Memorias de Adriano, de Maguerite Yourcernar. Es una novela muy bonita que da un aire clásico a las vidas de nuestros modernos, con las dosis de homoerotismo necesarias en todo moderno.
  • El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. Es el libro del que más citas maravillosas se pueden sacar, y un moderno que cita queda mucho más cutureta. Además todo el rollo de la belleza se puede usar como justificación para las pintas.
  • La náusea, de Jean Paul Sartre. Porque un moderno ha de ser muy existencialista y este es mucho más corto que La peste de Albert Camus.
  • El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. Justificación maravillosa para toda la rebeldía adolescente. (sí, los modernos son muy incomprendidos cuandos son adolescentes)
  • Hamlet, de William Shakespeare. Dolor, ira y locura. Tres sentimientos fundamentales para el moderno.
  • La conjura de los necios, de J.K. Toole. Para aprender a despreciar a todos los que el moderno considere necios.
  • ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick. Todo moderno ha de ser cinéfilo y ha de adorar las obras maestras del cine. Pero el moderno debe intentar ser más moderno que el resto, y para eso nada mejor decir aquello de “el libro es mucho mejor”. Aunque en este caso no sea cierto, ¿a quién le importa?

Música (y sexo)

Tengo amigos que tienen grabados CDs “para follar”. Yo siempre lo he considerado una horterada.

Una noche en pub de Chueca sonó una canción de Los Rodríguez que me encanta. No pude resistirme y le comí la boca a un rubito que pasaba por allí. Un amigo hetero con el que iba me miró con cara de sorpresa, y al poco rato se la comí a él. Desde aquel momento consideré aquella canción un fetiche para mí. Se lo conté a varios amigos. Una noche iba en la parte de atrás de un coche con un chico que me gustaba. Sus amigos iban delante. Cuando estábamos aparcados pusieron esa canción y salieron. Me lié con aquel chico y fuimos amantes durante un par de meses.

He hecho orgías donde han sonado en repeat el London Calling de The Clash y Swordfishtrombones de Tom Waits.

Siempre he considerado que los 11 minutazos de Sinnerman, por Nina Simone son ideales para un polvo rápido muy a saco, pero nunca lo he hecho.

Un familiar mío follaba con Lágrimas Negras, de Bebo Valdés y el Cigala de fondo.

Según mi ilustre amigo Sempronious, la canción Pólvora Mojada de Pablo Abraira habla de un gatillazo.

Varias personas me han sugerido que me los folle con ópera de fondo. Nunca lo he hecho.

Durante un par de meses mi vecino de la puerta de al lado venía a mi casa a ensayar More than words de Extreme con la guitarra. Se la quería regalar a su novia por su cumpleaños. Solía venir por las noches, recién duchado, y solo con la toalla. Estaba muy bueno pero nunca pasó nada.

Recuerdo perfectamente la canción que sonaba cuando le di el primer beso al chico que al día siguiente se convertiría en mi primer novio.

Me enamoré de una chica en un bar de La Latina después de estar media hora hablando de Sabina.

En Buenos Aires canté una canción de Sabina en un karaoke gay. Hasta ese momento había sido invisible, después de cantarla me entraron 3 tíos.

Me lié por primera vez con mi segundo novio después de un concierto de Ariel Rot.

Al encargado del sexshop Amantis, en la calle Pelayo, le encanta Tom Waits.

Hubo un tiempo que salía con un mini cd en el bolsillo con 4 canciones para que cuando las pidiera en el bar de turno y me dijeran que nos las tenían, sacarlo. Las pusieron un par de veces.

Una vez me ligué a un violinista en el Gris. Vinimos a mi casa y pusimos las sonatas y partitas para violín solo de J.S. Bach. Me la comió durante la chacona.

Hay un bar en malasaña que cuando entraba nos ponían Manu Chao. Hay otro que a veces nos pone Extremoduro.

De todos los miembros de una orquesta, los que mejor la comen son los clarinetistas. Por la postura de la boca al tocar.

La experiencia me desmuestra que si a un italiano le cantas Azzurro, de Adriano Celentano, tienes muchas más posibilidades de follártelo.

Siempre que iba con un amigo a las Cuevas del Sésamo pedíamos al pianista que tocara Mediterraneo de Serrat y la cantábamos borrachos.

Una noche, un amigo y yo subimos a dos brasileñas con las que habíamos ligado en una terraza a su casa con la excusa de escuchar el Barulinho Bom de Marisa Monte. Mi amigo se folló a una y la otra se puso a llorar porque yo me quedé dormido y no me la quise follar.

Tengo dos amigos que dicen que van al Strong porque les gusta la música que ponen allí.

Una misma semana me follé a tres cantantes diferentes: un cantautor, un cantante de ópera y un cantante de esas orquestas que van por los pueblos.

Un amigo le confesó a su madre que era gay mientras bailaban en un concierto de Miguel Bosé.

Un lector de este blog siente un deseo irrefrenable de desnudarse cuando suena cualquier canción de Lily Allen.

Un amigo tiene la teoría de que la mitad de los niños de la República Dominicana han sido concebidos escuchando a Juan Luis Guerra.