Test previo a una relación

Tengo una amiga que por sus tortuosas relaciones con los hombres parece un marica. Harta de historias que empezaban bien una noche en una discoteca y acababan fatal a los pocos días decidió estudiar el problema para encontrar una solución. Concluyó que sus fracasos se debían principalmente a incompatibilidades insalvables. Para evitarse más malos ratos diseñó una estrategia: someter al posible ligue a un test encubierto. Para las preguntas del test no había respuestas “buenas” sino respuestas “malas”. Los resultados no le servirían para encontrar su media naranja pero sí para descartar candidatos al grito de “contigo no, bicho“.

Algunas de las preguntas que incluía en el test, con sus respectivas respuestas negativas, eran:

  • “Dime algunos de tus libros favoritos”. Cualquier mención de la saga de Harry Potter o Crepúsculo terminaban con la conversación
  • “¿Qué películas nunca te cansas de ver?”: Si aparecía alguna protagonizada por Meg Ryan, Tom Hanks, Sandra Bullock o Kevin Costner, descartado
  • “¿De qué curras?: Descartados los actores, bailarines y modelos.
  • “Cuál es tu canción preferida de los Clash?: Si no sabe quienes eran los Clash, adiós.
  • “Podríamos ir mañana a comer juntos…”. Si menciona VIPS, McDonalds, 100 montaditos o similares no habrá comida.
  • “¿Has visto el Padrino?”: Si la respuesta es no, que no espere una invitación para verla juntos.
  • “¿En qué conciertos has estado últimamente?”. La mención de cualquier diva gay es un “next” claro. La pobre ya está rodeada de demasiados maricas. También si al último concierto lo llevaron sus padres.

Ahora me tocaba continuar este post contando las que serían mis preguntas con sus respuestas de descarte pero estoy tan bloqueado para estos temas que creo que es mejor que añadan las suyas en los comentarios. ¿Se animan?

Después de un polvo, ¿querrá repetir?

Una de las cualidades más importantes de una persona para conseguir éxito social es la empatía. También lo es para el sexo: entender lo que está sintiendo la otra persona en la cama, lo que más le gusta y lo que no, es fundamental para una relación sexual satisfactoria.

En general, una persona con buenos niveles de empatía es perfectamente capaz de valorar además el resultado global de un polvo, incluyendo el importante hecho de si la otra persona se lo ha pasado bien y querrá repetir. Son cosas que no son necesarias hablar. Es horrible cuando alguien pregunta el típico “qué te ha parecido”. Eso se sabe y punto. O no.

A veces pasa que una persona se lo pasa estupendamente en un polvo y piensa que ha sido una sensación mutua pero cuando intenta repetir se encuentra con largas, mensajes no respondidos, y un sin fin de situaciones que llevan a un desasosiego sexual-emocional incómodo. Quizá las expectativas puestas son demasiado altas (“yo sé que se lo ha pasado tan bien como yo y querrá repetir”) y el choque con la cruda realidad es demasiado fuerte. También pasa al revés, claro: uno tiene claro que ha sido una mierda de polvo pero la otra persona, por algún motivo, no lo entiende así y no para de dar la lata para repetir y son necesarias esas terribles largas, excusas y mensajes sin responder.

Para aclarar estas situaciones a veces son necesarias respuestas que pueden ser un tanto violentas y herir sentimientos de manera  bruta. Recuerdo por ejemplo a un chico que me dijo algo como “oye, para la próxima vez que quedemos depílate mejor los huevos“. La insolencia unida al desastre de mamada y polvo me hizo responder: “no te preocupes que no habrá próxima vez“. Pobrecito.

Para solucionar esto desde pensamientos pastosos proponemos un código de comunicación que evite los equívocos, las largas, las excusas y las tan desagradables negativas del tipo: “mira tio, no me gustas, mejor no repetir”. Les presentamos las tarjetas sexuales:

  • Tarjeta verde: me ha encantado el polvo. Estoy dispuesto a repetir siempre que tú quieras.
  • Tarjeta amarilla: no ha estado mal pero se puede mejorar. Estoy abierto a repetir, pero te lo tendrás que currar más o cambiar algunas cosas.
  • Tarjeta roja: ha sido un desastre, mejor nos olvidamos el uno del otro.

Estas tarjetas son de fácil fabricación (tres cartulinas de colores y unas tijeras) y tampoco es necesario sacarlas directamente después del polvo (que en los casos de la tarjeta roja podría ser un poco violento). Algunas de las opciones son:

  • Dejarla disimuladamente junto a la puerta al marcharse.
  • Escondérsela en el bolsillo del otro para que la encuentre al poco tiempo. Aunque así corremos el riesgo de que si la otra persona es despistada y un tanto promiscua se pueda encontrar con varias tarjetas de golpe al ir a lavar un pantalón y no sepa de quien es cada una. Para estos casos sería recomendable firmarlas (siempre que la otra persona sepa tu nombre, claro).
  • Enviarla por WhatsApp. ¡Vivan las nuevas tecnologías!. Te estás yendo de la casa de tu nuevo polvo y envías una simple imagen con la tarjeta correspondiente. Se hace cierto eso de que una imagen vale más que mil palabras.

Un lector de este blog, al discutir sobre este tema y por deformación profesional de estadístico (aunque él se empeña en decir que es estadista) quiso ir mucho más allá y proponer dejar al nuevo compañero sexual un cuestionario de satisfacción. Aunque la idea nos parece un tanto excesiva, no deja de tener gracia la cosa. El cuestionario podría incluir cosas como:

  • Valora del 0 al 10 tu nivel de satisfacción general con el acto sexual realizado
  • Valora del 0 al 10 la forma de besar de tu compañero
  • (si aplica) Valora del 0 al 10 la felación recibida
  • (si aplica) Valora del 0 al 10 el comportamiento de tu compañero mientras le realizabas una felación
  • (si aplica) Valora del 0 al 10 el comportamiento de tu compañero durante la penetración
  • ¿Ha habido alguna práctica sexual que te has quedado con ganas de ralizar? ¿Cual?
  • ¿Ha habido alguna práctica sexual que hubieras preferido no realizar? ¿Cual?
  • Después del polvo te has quedado: a) Muy satisfecho, b) Moderadamente satisfecho c) Poco satisfecho d) Nada satisfecho
  • ¿El nivel de higiene te ha parecido el adecuado? En caso negativo indica aspectos a mejorar
  • ¿La logística de polvo (condones, lubricante, toallitas para limpiarse, etc…) eran las adecuadas?. En caso negativo indica aspectos a mejorar.
  • La duración del polvo te ha parecido: a) Excesiva b) Correcta c) Escasa pero satisfactoria d) Muy corta
  • Los previos al polvo te han parecido: a) Correctos b) Muy largos c) Muy cortos
  • El entorno para el polvo te ha parecido: a) Correcto b) Hubiera preferido la cama c) Hubiera preferido sobre encimera de la cocina
  • El comportamiento post-polvo te ha parecido: a) Correcto b) Excesivamente frío c) Excesivamente cariñoso d) Indiferente
  • Sobre el ambiente general marca las afirmaciones que apliquen: [] No me ha gustado la música que había de fondo. [] Prefiero que no haya música [] Me ha gustado la música de fondo [] Había demasiada luz [] La iluminación era la correcta [] No me ha gustado follar a oscuras
  • En general durante el polvo: a) Me he sentido bien valorado y a gusto b) He sentido que se me ha valorado demasiado y me gusta más que me traten como a una zorra. c) Me he sentido un poco tratado como una puta y no me gusta.
  • Qué cosas crees que debería mejorar tu compañero en un posible siguiente polvo
  • ¿Estarías dispuesto a repetir? (si la respuesta es sí, indica tu número de teléfono)

En cualquier caso el tema de dar a rellenar la encuesta nos parece excesivo y desde este blog recomendamos el uso de tarjetas de colores.

Conocerás al hombre de tus sueños

Conocerás al hombre de tus sueños es el título de una maravillosa película de Woody Allen. Yo a Woody Allen le tengo un cariño especial porque de pequeño siempre veía sus películas en la televisión con mi madre (él y Hitchcock eran claramente nuestros favoritos). Años más tarde me eché un novio con el que veía las películas de Allen en la cama.

Toda esta introducción sentimentaloide se justifica por el tema del artículo de hoy: ese proceso tan curioso de conocer al hombre de tus sueños por internet. Dos premisas básicas:

  1. Eso de conocer a posibles novios por internet es una cosa que se hace de postadolescente. Uno se equivoca, comete muchos errores y aprende de ellos para no volver a cometerlos.
  2. De mayorcito, una vez abandonados todos los perfiles en páginas guarras, uno vuelve a conocer a alguien por internet, y se vuelven a repetir los errores. Como cantaba Gardel: “y aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor”.

Y es que, jo, qué bonito es eso de imaginar al hombre de tus sueños al otro lado de la pantalla. Porque haya o no fotos o webcams de por medio, siempre quedará algo por conocer: tal vez la voz, la forma de mirar, la pluma oculta, el sexo, mil cosas. Y mientras tanto hacemos eso que cantaba Cecilia:

A veces sueña y se imagina

cómo será aquel que tanto la estima.

Sería un hombre más bien de pelo cano,

sonrisa abierta y ternura en las manos.

¿Para cuándo una secta de adoradores gays de Cecilia? Es a la única persona que podré perdonarle el laísmo.

Luego viene aquello de la primera cita, quizás el primer polvo, los amores consumados  y los olvidados y todas esas cosas con sus grandezas y sus miserias. Pero jo, qué bonito es lo de estar conociendo al hombre de tus sueños.

Cosas que escandalizaron a nuestras abuelas

Las abuelas de un país sirven para tomarle el pulso a la penetración de la modernidad en la sociedad. Hasta que las abuelas no son modernas no se puede decir que un país es moderno.

España se ha querido vender como un país moderno cuando esas cosas en realidad llevan su tiempo. Si no, miren unas cuantas cosas que escandalizaron a nuestras abuelas.

“Belle Epoque” de Fernando Trueba

Las abuelas que ya no iban al cine decidieron volver para ver “esa película española que había ganado el Oscar”. Esperaban otra “Volver a empezar” de Garci y se encontraron con una una comedia fresquísima al más puro estilo Billy Wilder que retrataba una España que no aparecía en los libros oficiales del franquismo. Pero claro, eso de un cura que jugaba a las cartas en el puticlub del pueblo, republicanos que solo se les ponía dura con su mujer mientras esta estaba con un rico que le pagaba los caprichos de una desastrosa carrera en el mundo de la zarzuela, jovencitas ligeras de cascos y un jovencito que se las follaba a todas no les hizo nada de gracia. Además decían muchas palabrotas y salían cochinadas.

“Póntelo, pónselo”, el anuncio de la campaña contra el SIDA

Corría el año 1990 y las muertes por SIDA eran alarmantes. El gobierno de Felipe González, a través del ministerio de educación y del ministerio de sanidad ponen en marcha una campaña de divulgación sobre el uso del preservativo como único medio eficaz para evitar el contagio del VIH.

En el anuncio, un profesor recto y severo, que perfectamente podía haber sido del opus, encontraba un preservativo. Ante la pregunta de “de quién es esto” (evita usar el nombre) primero se levanta el chico, pero poco a poco se van sucediendo el resto de compañeros al grito de “mío”. El anuncio tenía un trasfondo importante de rebeldía para los jóvenes con sus mayores: no importa lo que digan tus padres, no importa lo que digan tus profesores, tu salud es cosa tuya. Además incluía el lado femenino de la relación: pónselo. Ahora ellas también decidían.

Pero claro, todo esto a nuestras abuelas les parecía un escándalo. El mero hecho de sacar un preservativo en televisión les resultaba ofensivo. Ellas que nunca habían tenido educación sexual preferían que esas cosas siguieran sin hablarse. Recuerdo que mi abuela me contaba que cuando era pequeña, tenía tal desconocimiento de la sexualidad que entre sus amigas corrían distintas explicaciones sobre cómo las mujeres se quedaban embarazadas. Unas decían que era cuando un hombre te agarraba el dedo meñique, otras que solo si eso sucedía de noche…

Dana International, ganadora de Eurovisión en 1998

Viva laDiva, viva Viktoria, Kleopatra

Ninguna se dio cuenta viendo la final del concurso de Eurovisión. Era simplemente una canción movita que ganaba Eurovisión como tantas otras. El escándalo vino al día siguiente cuando fueron a comprar la fruta, el pescado o al ambulatorio. Por todos lados había rumores de que era un travesti, una transexual o algo similar. “¡Pero cómo va a ganar un travesti Eurovisión!”, “¡Hasta dónde hemos llegado!”, “¿Pero está operado?”, “Si tenía voz de mujer”, “Ya le notaba yo algo raro”, “Es que no sé cómo dejan participar a países que no son cristianos en Eurovisión” fueron las frases más escuchadas aquella mañana. Y todas hablaban de la ejemplar mujer que era Massiel.

La visibilidad de la ropa interior

No es solo que empezaran a anunciar la ropa interior en la televisión o que José Luis Moreno organizara pases de ropa interior en aquel programa tan visto por las abuelas, “noche de fiesta”. Es que tenían que verlo por la calle. Ellas acostumbradas a las enaguas y las combinaciones no podían sino escandalizarse al ver a las pizpiretas muchachas enseñar con orgullo sus tangas por la calle y a los muchachos con pantalones “cagaos” enseñando todas las variedades posibles de boxers.

 

 

Cosas que me enamoran

 

En vez de empezar el año con una típica lista de propósitos para 2012 lo haré con una lista casi aleatoria de cosas que me enamoran. Seguro que hay muchas más pero estas son las que me han venido a la mente ahora:

  • Las citas recurrentes a la hora chanante
  • Esos pelitos naturales en el pecho
  • La naturalidad de la desnudez
  • Recordar cosas poco útiles
  • El pelo alborotado y las ojeras de recién despertado
  • Lo poco convencional
  • Las miradas de complicidad acompañadas de una sonrisa
  • Las ganas de defender lo justo ante lo injusto
  • El arte cocinando
  • Querer compartir una borrachera
  • La gratitud
  • El frikismo intenso
  • Que vengan con pijama
  • El dominio de juegos variados
  • El orgullo de reconocerse golfo
  • Los besos espontáneos
  • Enseñar y aprender deleitando

Así que si cumples alguna de las cosas de arriba y te cruzas en mi camino estos días ten cuidado, podría enamorarme.

Recuerdos: desayunos y canciones

 

Del mismo modo que la imaginación vuela inventando historias fantásticas o tristes nuestra capacidad para recordar también vuela entre nuestros recuerdos, saltando de unos a otros, contando historias al igual fantásticas o tristes según sea la ruta trazada.

Hoy hablaba yo con un chico (que tiene pendiente dormir en mi cama) sobre el café. El empezó a tomar café cuando vivió un tiempo con sus abuelos y su abuela le despertaba todas las mañanas con el café calentito. Yo pensé que me encanta preparar el desayuno a la gente que duerme conmigo. Recordé todos los cafés que he preparado. Recordé que antes yo no tomaba café. Pensé en qué desayunos me habían preparado a mí y caí en la cuenta de que el primer tío que me follé me hizo el desayuno. Reconstruí en mi mente aquella historia curiosa y apasionante de la que aquí solo conviene contar el final:

Yo quería irme sin más al acabar de follar. Me pidió que al menos le dejara prepararme el desayuno. Mientras él lo preparaba me quedé dormido en su cama. Me desperté a mediodía junto a él y la bandeja con el desayuno preparado sobre una silla. Hui sin probar el desayuno, negándome a darle mi número de teléfono con alguna excusa y mintiendo con que nos volveríamos a ver la semana siguiente en la misma discoteca. Me porté mal con él.

Pensando en mi primer polvo con un chico no fui capaz de recordar su cara; nunca podré encontrarlo para pedirle perdón por portarme mal o para darle las gracias por aquel polvazo que yo tanto necesitaba. La historia que mis recuerdos entretejían se iba volviendo triste. Apareció ante mí una conclusión de psicoanalista barato: cada vez que preparo el desayuno a algún chico estoy, de alguna forma, intentando pedir perdón y darle las gracias a aquel chico que quería ser actor y me preparó un desayunó que yo no probé.

Sin darme cuenta había estado escuchando las primeras canciones de Ismael Serrano. Recuerdos de mi infancia con mi hermano escuchándolas en la radio o en aquel primer cd que le traerían los reyes. De esas canciones salté inconscientemente a otras de esa generación de cantautores españoles y posteriores: Paco Bello, Luis Ramiro… Recuerdos de escucharlos en directo en el Libertad 8. Recuerdos de los cuentacuentos que allí disfruté. Recuerdos de cuando yo contaba cuentos. Y así mis recuerdos llegan a otro cantautor, Andrés Lewin, y me descubro escuchando canciones que formaron parte de una parte de mi vida. Miro por la red. Veo que han hecho un musical con sus canciones en colaboración del gran Alejandro Martinez, al que recuerdo poniendo música a Jaime Gil de Biedma. Encuentro el twitter de Andrés.

Y la historia que han contado mis recuerdos y empezó con el café acaba siendo una historia feliz.

Chaperos con valor añadido

Una de las consecuencias de la crisis más importantes para el mundo del ocio madrileño, junto con la abundancia de taxis en el centro las noches de los viernes y los sábados, es la proliferación de chaperos no profesionales.

A los profesionales tradicionales, los brasileños que emigraron a nuestro país en busca de trabajo sexual y los niñatos con gustos caros que ante la relajación moral decidieron comer pollas por dinero hay que sumarles ahora una horda de extrabajadores de inditex, h&m, bares de copas y teleoperadores que tienen que pagarse la tarifa de datos del iphone y el pisito en el centro.

En términos económicos podríamos afirmar que el mercado está saturado de oferta mientras que la demanda ha caido por la misma crisis. Así, todos los chaperos de la ciudad andan como locos ofertando sus servicios por todas las webs existentes, redes sociales y aplicaciones para móviles diversas sin conseguir clientes y rebajando tarifas hasta lo ridículo.

Y como no solo el partido popular tiene las propuestas mágicas para salir de la crisis, en pensamientos pastosos tenemos una propuesta estrella para solucionar los males del sector: chaperos con valor añadido. Porque en el fondo lo de follar más o menos decentemente lo sabe hacer casi todo el mundo pero hay una gran cantidad de servicios requeridos por la comunidad gay que podrían ser el complemento perfecto:

  • Chapero con taladro. Y ojo, lo del taladro va sin segundas. ¿Cuántos de sus amigos gays saben colgar cuadros y estanterías con maestría? ¿Montar muebles de IKEA en menos de una hora? Este nuevo chapero montaría los muebles, colgaría los cuadros y de paso haría un arreglo al cliente
  • ChachoChapero. Nosotros que tanto revindicamos la igualdad siempre contratamos asistentas de hogar. Nunca hombres. Es hora de dar un paso adelante y contratar chicos guapos para que nos quiten el polvo de nuestra casa y ya de paso lo echen. Además se puede combinar con la famosa idea del pornochacho limpiando la casa en gayumbos
  • Chapero fontanero. Arregla y desatasca las tuberías de la casa. Todas
  • Chapero electricista. ¿Sabíais que esos horribles cables que cuelgan por toda la casa para el home cinema y demás cacharros que tenemos se pueden pasar por los tubos de la pared? El chapero electricista puede hacer eso y mucho más. Mamadas que echan chispas
  • Chapero profesor de música. Con tanto frustrado de los castings de operación triunfo y demás realities tenemos a una gran cantidad de maricas que pueden enseñarnos a tocar algún instrumento o a cantar. Y luego comprobar si es cierto ese mito de que después de un orgasmo nuesta voz baja medio tono.
  • Chapero jardinero. El sueño de toda marica adinerada es sentirse como Eva Longoria en Mujeres Desesperadas. Eso incluye lo de tirarse al jardinero.
  • Chapero fisioterapeuta. No confundir con el chapero masajista que ofrece final feliz, que este ya existe. Aquí buscamos un poco más de profesionalidad.
  • Chapero personal shopper. Te lleva de compras y te elige el mejor estilismo. Se puede aprovechar para consumir el servicio en las propias tiendas y además se puede pagar en especias.
  • Chapero peluquero. Hay que recuperar la profesión de peluquero a domicilio. Y después de cortar el pelo hay que lavarlo, en la ducha, y ya se aprovecha.

Si yo tuviera un ipad en la ducha

Si yo tuviera un ipad en la ducha…

  • Leería los periódicos del día antes de tomar el café
  • Revisaría mi apretada agenda mientras me enjabono
  • Destrozaría mis canciones y arias favoritas más a tono y sin inventarme la letra gracias al iKaraoke
  • Podría “hacer un American Beauty” con inspiración audiovisual
  • Jugaría al Angry Birds mientras me hacen la mamada post-polvo
  • Twittearía mis sueños de la noche anterior y mis primeros pensamientos del día
  • Despertaría por WhatsApp a varios amigos
  • Leería los prospectos del gel y del champú en la wikipedia
  • Me abriría un facebook para poder ser el primero de mis amigos en comentar las fotos de la noche anterior
  • Buscaría recetas de cocina para saber qué tengo que comprar esa mañana
  • Me volvería loco haciendo sudokus por voz
  • Le daría los buenos días por videoconferencia a mi novio cuando estuviera de viaje

Esperemos que tras la desaparición de Steve Jobs siga habiendo visionarios en Apple que nos sorprendan con un ipad empotrable y sumergible para las navidades de 2012.

Muchas gracias a @algallegojuan por la foto

Las pajas y sus rituales

Las pajas son el disfrute del sexo en solitario. Aunque también se puedan realizar en compañía, de momento solo nos ocuparemos de las individuales. Por su propio carácter solitario la metodología del análisis de las pajas y sus rituales asociados ha de basarse por completo en los testimonios de onanistas varios, amigos y lectores de este blog, que han colaborado de manera desinteresada en este estudio.

Para algunos el ritual de la paja suele incluirse en una serie de acciones sucesivas como por ejemplo:

  • El café de después de comer, paja y siesta
  • Un colacao, un porrito, paja y a dormir
  • Una paja, un cigarrito y a la cama
  • Un capítulo de Fringe, una paja y otro capítulo de Fringe

Lo primero en el ritual de todo pajillero suelen ser los preparativos, excepto que se trate de una de esas pajas improvisadas, de urgencia o medio furtivas. Centrémosnos en las pajas preparadas con mimo, con todo el tiempo del mundo disponible, con la casa sola o en la intimidad de un dormitorio. Los más precavidos lo primero que preparan es el material de limpieza de los molestos residuos que el acto de la masturbación suele dejar (otros los reciclan). Como para todo en esta vida hay clases el material de limpieza será diferente, a saber: papel higiénico o folios para los de clase baja, pañuelos de papel (más suaves por lo general) para los de clase media y toallitas húmedas de bebés para los de las clases altas.Un grupo inclasificable en ninguna clase social usa sus propios gayumbos.

Los que sean usuarios habituales de juguetes sexuales también los preparan con esmero, ya sean consoladores (para que alcancen la temperatura deseada), huevos tenga (con su lubricación) y otros objetos cotidianos. Además otros incluirán en los elementos necesarios para su paja un condón (paja deluxe) , lubricante o cremas masturbatorias con efectos diversos (eso solo los sofisticados de alto poder adquisitivo).

Otro paso común en todo ritual antes de comenzar la paja suele ser asegurar la privacidad: cerrar puertas y persianas o cortinas. Sin embargo algunos prefieren todo lo contrario y abren ventanas y cortinas de par en par por si algún vecino (o vecina) quieren fisgonear.

Entre aquellos que usan el porno como parte de su ritual masturbatorio podemos distinguir dos grandes grupos: los organizados que preparan las escenas que van a usar, casi calculando los tiempos para lograr “corridas simultáneas” y los que prefieren improvisar según va avanzando el tema pajeril picoteando escenas de aquí y allá.

Para empezar solo queda elegir el sitio: ese santuario privado del goce solitario. A algunos le da igual y lo pueden hacer en cualquier lugar de la casa. Otros prefieren la comodidad de su cama o de su sillón preferido (sobre todo los que tiran de porno). Los más extravagantes son los que se quedan de pie. Tras situarse en el lugar elegido hay que acceder al miembro para comenzar. Aquí también hay gustos: los hay que les basta con sacarse el miembro con un par de botones del pantalón desabrochados, los que se bajan pantalones y calzoncillos hasta la altura de los huevos de tal manera que ejercen una presión extra, el clásico pantalones por los tobillos (a evitar si no está solo por si conviene tener que interrumpirla) y los naturistas del desnudo total.

A partir de aquí comienza la paja propiamente dicha, donde cada uno, según sus gustos, la acompañará de música, silencio, gemidos en la soledad, tocamientos variados o juegos. Unos se acariciarán los pezones, otros todo el cuerpo, otros solamente el ano. Algunos la harán rápido, otros la alargarán lo máximo. Una mano, siempre la misma o alternado, dos manos (en función del tamaño del miembro, que también podrían ser dos deditos en casos extremos), con los dedos alternados… son mil los procedimientos disponibles para el onanismo.

El momento final del ritual: ¿dónde correrse? Los más sosos y limpios prefieren forzar el momento de la eyaculación para que esta se produzca directamente sobre uno de los elementos desechables mencionados anteriormente. Otros por comodidad o fantasía de sentir la lefa contra su cuerpo deja que esta libremente siga su camino, y en función de la postura correrse sobre la tripa, o pecho. Algunos son muy fans de hacer “piscinas para Cleopatra”, esto es, llenarse el ombligo de tal manera que parezca una bañera llena de la famosa leche de burra en la que se bañaba la última reina de Egipto. Para terminar, hay un dicho popular que dice: “corrida que no llega a la cara, no es paja ni es nada“.

Disfruten sus pajas, sea cual sea su ritual.

Muchas gracias a @ranita_caxonda por la foto tan sugerente que ilustra este post

No son cuernos

Estas son algunas de las variopintas definiciones que he escuchado a lo largo de mi vida de lo que no son cuernos:

  • Si es a más de 300Km de distancia de tu novio, no son cuernos
  • Si es en otro país, no son cuernos
  • Si no hay besos, solo sexo sin amor, no son cuernos
  • Si ya lo conocías de antes de conocer a tu novio, no son cuernos
  • Si era un polvo que tenías pendiente de antes, no son cuernos
  • Si es con un ex, no son cuernos
  • Si solo son besos, sin sexo, no son cuernos
  • Si vas demasiado borracho no cuenta y no son cuernos
  • Si no te corres, no son cuernos
  • Una mamada no son cuernos
  • Si no hay penetración, no son cuernos
  • Si no se entera, no son cuernos