Empalmes matutinos

Los empalmes matutinos o tumescencia peneal nocturna o tumescencia peneana nocturna (TPN) es una erección espontánea del pene. Cualquier hombre sin disfunción eréctil psicológica experimenta este fenómeno, por lo general entre tres y cinco veces durante la noche. Típicamente ocurre durante la fase MOR del sueño, produciéndose entre 1 y 5 erecciones que suelen durar entre 15 y 40 minutos.

Eso de ahí arriba es la defición que da la Wikipedia. ¿Pero qué pasa en el día a día? Pues que muchas veces nos levantamos de la cama empalmados, y eso, puede dar lugar a grandes confusiones. Paso a relatarles algunas de las que me han sucedido

 ¿Te vienes a mi cama?

Andaba yo aquel final de verano buscando nuevo piso en Madrid y mientras me quedaba en casa de unos amigos, ocupando la habitación de M que andaba en su pueblo. Aclaración: M está terriblemente bueno con un cuerpazo, es hipermajo y es hetero. Una día, M vino para hacer un examen, y esa noche él ocupó la habitación y dormí en un colchón en el suelo del salón. A las 7am me despiertan. Yo, desde mi colchón en el suelo solo puedo ver a mi amigo M en canzolcillos, con una erección considerable (rabo poderoso descubrí en ese momento) diciéndome: “ey, vente a mi cama tío”. No podía creerme lo que estaba pasando: M, una fantasia sexual andante estaba medio en pelotas, empalmado y diciéndome que me fuera a su cama. Tuve que rascarme los ojos para espabilarme un poco, y tras pensarlo 3 veces, descubrí que M se volvía a su pueblo, iba a la ducha y me decía que en vez de dormir puteado en el suelo del salón, con toda la luz, usara su cama que él dejaba libre. Mientras se estuvo duchando seguí medio dormido en el salón, y cuando salió de la ducha medio mojado con la toalla me volvió a decir “vente, coño”. Le acompañé a su cuarto para acostarme en su cama y ver como se vestía. Luego se fue.

El agua

Estoy durmiendo. Llaman a la puerta. Me levanto sobresaltado y corro a abrir. No sé quien coño es, pero es guapo, está bueno y sonríe. Yo me doy cuenta de que: a) voy en calzoncillos. b)  estoy empalmado. “Hola, vengo a mirar el contador del agua”. “ah, si, pasa, está aquí, debajo del fregadero”. Se agacha con una linternita bajo mi fregadero demostrando que además de guapo y buenorro, tiene un culazo. Mirado el contador, aún agachado con el culo casi en pompa, se gira y me mira. Supongo que se ha dado cuenta de que: a) voy en calzoncillos. b) estoy empalmado. c) le estoy mirando el culo. “Perdona que está llenísimo de botes…”. Me sonríe. “No te preocupes, estoy acostumbrado. Ta está”. Y se va más feliz que una perdiz. Y yo me quedo con un calentón.

 Los pantalones

Jota, un amigo de toda la vida con el que nunca he follado se queda a dormir en mi casa. Hay confianza y se queda en mi cama. Hay confianza y lo hace en calzoncillos. Nos despertamos de resaca a la mañana siguiente. Nos levantamos. “Jota, estás empalmado”. “Ya lo sé cabrón y no me hace ni puta gracia”. “Jota, ¿eso es porque has dormido conmigo” “Que no cabrón, que yo siempre me levanto empalmado. ¿Dónde están mis pantalones?”. “No sé”. “Has escondido mis putos pantalones, no tiene ni puta gracia, dámelos”. “No he escondido tus pantalones, pero sí, tiene gracia que estés empalmado, jajaja”. “Déjame unos putos pantalones”. “Date una ducha fría anda, que me los manchas”.

El chico que ordenaba las camisetas

Tenía un armario enorme. Dentro colocaba las camisetas en diferentes montones de acuerdo a un curioso orden: el número de veces que había follado con cada una de ellas. Y no es que follara con las camisetas puestas, es que él recordaba todas y cada una de las camisetas que llevaba puestas en el momento de la conquista, seducción o simple calentón previo al polvo en sí.

Además de las camisetas con un alto número de conquistas en su haber (como esa con un 64 en gris que acumulaba la friolera de 14 polvos, que compró en alguna tienda de moncloa que nunca más ha vuelto a ver), estaban aquellas que suponían un hito importante: el primer polvo (una de adiddas azul), el primer chico (una boxfresh que compró en Londres), la pérdida de virginidad anal (Gant verde), el primer polvo con su futuro novio (una Levis envejecida), la maldita del gatillazo (una básica de H&M)  o el chico guitarrista de Ohm del que nunca volvió a saber y que besaba como nadie (una negra de North Sails).

Su fijación con las camisetas no quedaba solo en las suyas, también se fijaba en las de las demás, y te podía decir qué camiseta llevaba Fulanito el día que se la comieron en el Long Play, o cuantos tíos con una camiseta de los Ramones se había tirado en su vida.

Llegaba a ser un problema cuando se cruzaba con alguien con una camiseta con la que recordara haber echado grandiosos polvos. Fuera cómo fuera, le iba a poner muchisimo e intentaría ligarselo como fuera. Por suerte para él, nadie descubrió nunca su fetiche secreto.

 

El rincón de Candela: presentación

Para compensar la falta de feminidad (que no de mariconeo, ojo) de este blog, inauguramos una nueva sección a cargo de una mujer: El ricón de Candela.

Candela es la mejor amiga de Pepa en Mujeres al borde de un ataque de nervios. Malagueña, se fue a Madrid en busca de futuro en su carrera como modelo. Es maravillosamente simple, ingenua, un poco bruta y ha sido maltratada por los hombres. Su look es ideal, con los calcetines hasta la rodilla, falda estilo “Obélix” y sus pendientes de cafeteras italianas. Es muy sensible y tiene tendencias suicidas. A partir de ahora nos acompañará con una sección periódica donde comentará la actualidad.

 Presentación

Oiiis, que ilusión me hace colaborar con el blog de mi amigo Pastoso, aunque yo soy un poco torpe con estas cosas tecnológicas. Yo soy, más…de los ochenta. Me ha dicho Pastoso que cada semana tengo que hablar de algo, aunque no sé yo de qué, porque yo más allá de los hombres no sé mucho, y ahora que lo pienso de hombres tampoco sé tanto porque siempre me acaban utilizando.

Desde que me visteis por última vez con mi amiga Pepa ha pasado mucho tiempo… 23 añitos nada menos. Pero yo he cambiado poco, menos que el mundo que tengo a mi alrededor. En Madrid ahora todos los taxis son blancos, y ya no ponen mambo. Los contestadores automáticos, como el que tenía mi amiga Pepa, han pasado a la historia, ahora son todos cibernéticos de esos. Incluso hay varias telefónicas, aunque a mi me da igual porque nunca tuve teléfono. Ahora que lo pienso lo que si ha sido una revolución es lo de los móviles. Todo el mundo tiene uno y se están llamando constantemente. Fíjate tú si llegan a tener móvil la Pepa e Iván la de viajes que se habrían ahorrado.

Bueno, me despido de vosotros con un besazo mu fuerte,. Podéis usar los comentarios de ahí abajo para elegir un tema sobre el que queréis que hable, ¿eh?

Parejas gays (de ficción)

Hoy nos toca repasar algunas de las parejas gays de ficción más representativas de la historia.

Epi y Blas

Porque digan lo que digan ahora los productores de Barrio Sésamo (que seguro que ni conocieron a los productores originales) Epi y Blas eran una pareja gay modernísima muy lejos de ser simplemente compañeros de piso. Además representaban a la perfección el estereotipo de pareja gay donde un es más adulto y responsable (Blas) y el otro es más infantil y juguetón (Epi). Como curiosidad, señalar que la voz de Epi en español la ponía el increible Jordi Hurtado.

Don Pepito y Don José

Los de la canción de los payasos. Pero esto lo cuenta mejor que nadie Santi Millán en el club de la comedia:

Blake y Mortimer

Blake y Mortimer son un agente del MI5 británico y un reputado científico que ejercen de aventureros salvando al mundo en varias ocasiones. Además ambos están solteros y viven juntos en un apartamento de Londres con asistenta incluida (igual que Sherlock Holmes y el Dr. Watson). Como ya son un poco maduritos no van al Soho de fiesta, sino que se reunen en el Centaur club.

Rick y Louis

El aparentemente cínico pero romántico Rick Blane y el corrupto y oportunista capitán Louis Renault inician una relacióin justo al final de Casablanca, con las palabras “este es el comienzo de una gran amistad”.

Tintín y el capitán Haddock

De nuevo dos prototipos gays viviendo en pareja: Tintín, el jovencito aniñado de profesión liberal y el viejo y barbudo capitán Haddock. Para terminar de cumplir el prototipo, en vez de tener hijo, tienen un perrito: milú.

Pedro Mármol y Pablo Picapiedra

Algunos diréis: ¿Y que pasa con Betty y Wilma? ¿No estaban casados? Sí, pero vivían los cuatro juntos. Exactamente igual que cuando Miguel Bosé y Alejandro Sanz estuvieron viviendo juntos con sus respectivas mujeres/novias. Un poco sospechoso, ¿no?

Actualización: Añado a Batman y Robin

Batman y Robin

Nada mejor para describir esta relación que las sabias palabras del Doctor Alce:

“Y además menudo ejemplo para la muchachada, una pareja formada por un cuarentón y un ventieañero viviendo en una mansión.” “Es que vaya pinticas tenían con esos calzoncillos marconeti que le hacían paquetico”.

 

¿Se les ocurre alguna pareja de ficción más? ¡Añádanla en los comentarios!

Historias de Zorrita y Cultureta: Ibiza

Zorrita: Ay tío, me ha encantado Ibiza, me he enamorado

Cultureta: ¿Sí? Pues mira que a mi me parece un desfase discotequero de drogas que …

Zorrita: No, pero Ibiza no es solo eso, es ir a la playa, a las terrazas, los atardeceres… aunque bueno, en realidad yo lo único que he hecho ha sido salir de fiesta y drogarme…

Cutureta: Y follar como un cabrón, ¿no?

Zorrita: Sí, y follar como un cabrón, pufff, qué tíos, qué cuerpos, qué…

Cutureta: ¿Y en qué se diferencia eso de lo que haces en Madrid?

Zorrita: Hummm, pues que aquí la gente solo está desnuda para follar. Allí estan medio desnudos casi todo el tiempo, y claro, eso alegra la vista.

Cultureta: Recúerdame que algún día un monte un complejo turístico en Cuenca con discotecas, muchas drogas y la obligación de ir en bañador o calzoncillos. Me forraría con zorritas como tú

Zorrita: ¡Los italianos!

Cultureta: ¿Qué?

Zorrita: Que lo que mola de Ibiza son esos italianos buenorros. Esos no irían a Cuenca.

Los otros miembros del Club de los 27

El otro día, el hilo del aniversario de la muerte de la grandísima Cecilia, un amigo comentó que “al igual que Amy Winehose estaba en el club de los 27”. Para mí, que soy un purista, ese club morboso de grandes músicos que murieron a los 27 años estaría formado solo por 4 miembros: Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, y Jim Morrison con Kurt Cobain como el eterno aspirante a entrar. Esto me hizo pensar sobre la cantidad de músicos poco conocidos o casi anónimos que habrán muerto a esa edad y que nadie los meciona. Así que se me ocurrió recopilar una lista de aquellos que tuvieron una muerte “curiosa”

  • Malcolm Hale, guitarrista de los Spanky and Our Gang (banda folk americana) murió en 1968, a los 27 años, por envenamiento de monóxcido de carbono por culpa de una calefacción en mal estado. Poco después el grupo de disolvió.
  • Jesse Belvin, cantante de R&B popular en los 50 murió en un accidente de coche en 1960, a los 27 años. Lo curioso del caso es que el accidente se produjo después de un concierto en Little Rock, el primero de la zona con una audiencia mixta (negros y blancos) con bastantes altercados. Antes del concierto Jesse fue amenazado de muerte para que no tocara. Hubo rumores, nunca confirmados de que el coche de Jesse fue saboteado antes del accidente.
  • Arlester “Dyke” Christian, vocalista del grupo de funk americano Dyke & the Blazers murió tiroteado en Phoenix en 1971, a la edad de 27 años.
  • Leslie Harvey, guitarrista de varias bandas escocesas murió en 1972, a los 27 años, electrocutado al tocar un micrófono con las manos mojadas.
  • Roger Lee Durham, miembro de los Bloodstone, murió en 1973, con 27 años, al caerse de un caballo.
  • Wallace John, organista de los Chase, murió al estrellarse su avión en 1974, con 27 años. A él nadie le dedicó una canción generacional (“American Pie” de Don McLean está dedicada al día que murí Buddy Holly al estrellarse su avión)
  • Mia Zapata, cantante cantante de la banda de punk de Seatle The Gits. Una noche de 1993, Mia volviá a su casa a las 2am escuchando música en su discman cuando alguién la golpeó, violó y asesinó. Tenía 27 años y nunca encontraron a su asesino.
  • Richey Edwards, guitarrista de los Manic Street Peachers, desapareció en 1995, a los 27 años. Se le dió por muerto de manera oficial en 2008. Las dos semanas antes de su desaparición estuvo sacadno 200 libras cada día.

 

Tipos de maricas: mamones

Después de unas cuantas entradas en este blog sobre ópera, política, meriendas es hora de retomar una de las series que más peticiones tiene: tipos de maricas.

Nuestro tipo de marica de hoy es el marica mamón. Aunque todo aquel al que le guste comerse una polla es un poco mamón, el marica mamón lleva esta fascinación por la acción de comer polla hasta el extremo absoluto. Al marica mamón no le gusta que se la coman a él, solo quiere comer él. El marica mamón puede pasarse una hora de reloj comiendo una polla sin reclamar ninguna atención sexual para él. Al marica mamón le puedes follar la boca, o puedes dejar que te la coma a su ritmo. Hay maricas mamones que incluso ni se quieren correr ellos. Son capaces de cruzarse media ciudad para ir, comértela, y volverse a su casa sin descargar ellos. Para un marica mamón no hay nada mejor que dar placer a su mamado. Los maricas mamones aman las pollas por encima de todo. Los maricas mamones son una bendición para todos esos maricas que les gusta que le coman la polla. Hay maricas mamones que disfrutan más cuando el tipo al que se la están comiendo pasa olímpicamente de ellos y esta a su bola mientras ellos se la comen.

¿Y como se descubre a un marica mamón? En un principio no te lo dicen, claro, a no ser que lo hayas conocido en alguna página de contactos, el grindr o algún chat. Pero si lo conoces en una discoteca te puedes dar cuenta cuando te arrastra al baño, os encierra, se pone de rodillas y empieza a comertela con ansias. Ese es un marica mamón. Si sin embargo te lo llevas a tu casa con intención de follártelo, y rápidamente se pone a chuparte la polla, y ves que no para, y tu eres feliz, y no para y no para… ese es un marica mamón. Si sin embargo aquello acaba siendo un polvo normal, pero a la mañana siguiente te despierta con una mamada completita, es muy probable que sea un marica mamón (o alguien muy agradecido por el polvazo que le echaste la otra noche). O si se va, y a los dos días te manda un sms diciendo “puedo ir a tu casa a comértela un rato?”, es un marica mamón.

Yo he conocido a muchos maricas mamones a lo largo de mi vida, más de lo normal diría yo, no se si porque mi polla es un imán para ellos o por qué. Para ejemplo, algunas anécdotas que resultan graciosas:

  • Durante un tiempo de mi vida, un amigo se venía a casa los típicos domingos de resaca a ver cine clásico… y a comerme la polla. Era un mamador cinéfilo.
  • Un tipet (catalán) que no recuerdo cómo conocí, quería que me liara un porro y me lo fumara mientras me la comía. Me la acabó comiendo muchas veces.
  • Un brasileño con el que estaba hablando en un pub, al enterarse que vivía cerca me dijo “subo a tu casa y te la como un rato?”. Dije que sí. Creo que en algún momento le besé apasionadamente después de que me la comiera, y al irse me dijo: “me das tu teléfono? Es que quiero volver a verte, es difícil encontrar a alguien que bese tan bien”. Se lo di, claro, porque a mi esas cosas bonitas me enamoran. Vino a casa unas 5 ó 6 veces más y alternábamos sus mamadas maravillosas con otras cosas.
  • Durante uno de los penosos Madrid – Baça recientes, un amigo mamón me dijo por el msn: “Qué vas a hacer ahora? -Ver el fútbol. -Puedo ir a comértela mientas lo ves?” La derrota se hizo menos amarga.
  • La comunidad autónoma de la que he tenido más mamones en mi vida es el País Vasco.
  • He llegado a hablar por teléfono con amigos mientras algún marica mamón me la estaba comiendo.

San Francisco de Asís: El traje del emperador

En los mundillos del arte, siempre ha existido una moda consistente en alabar y encumbrar expresiones marginales. Cuánto más extrañas y marginales, y sobre todo, más incomprensibles,  mejor. Así, estos aduladores de lo extraño podrán filosofar, establecer mil y una teorías y críticas que nadie se atreverá a refutar por desconocimiento y miedo.

En general esta gente busca la gloria y admiración de los demás al ser considerados “entendidos” en algo. Y desde luego no es nada nuevo. Ahora podríamos decir que son los “gafapastas”, pero mi tía me cuenta que su época los llamaban “intelectuales” y no paraban de hablar de escritores franceses que nadie conocía y de los que hoy nadie se acuerda.

Todo este rollo viene para intentar resumir mi impresión sobre las diversas crónicas y críticas que he leído sobre el reciente San Francisco de Asís de Olivier Messiaen que pudimos ver en el Teatro Real este mes de Julio. Me parece que está de moda decir que San Francisco de Asís “mola”. Y eligen que San Francisco “mola” porque si eligen otra ópera de Verdi, de Britten o de Shostakovich ya no destacarán como los poseedores del gusto más “cool” e incluso alguien podría contradecirles sus teorías y apreciaciones. Y que mucha gente que piensa que “no mola” no se atreve a decirlo para no quedar como un inculto frente a esa camarilla de aduladores de la obra de Messiaen.

¿Cuales son mis impresiones? Vayamos por partes:

Messiaen, el músico

Conozco gran parte de la obra de Olivier Messiaen, y en general me parece irregular. Como compositor experimental que fue, experimentó con diversos modos compositivos, jugando con el ritmo, armonía tiempos y demás elementos del discurso musical y el resultado fue variado. Su sinfonía Turangalila me parece una de las partituras más brillantes del siglo XX, pero algunas obras para piano o para órgano me desconciertan y me aburren hasta el infinito. Además en ciertos momentos su obra peca de una autocomplacencia muy elitista: temas que solo interesaban al propio Messiaen (y que quizá solo él entendía) como por ejemplo el sonido y “música” de los pájaros acaban dominando muchas de sus obras alejandolas del resto de los mortales.

San Francisco, la obra

Ante todo he de partir de una premisa: mi nulo interés por el personaje de San Francisco de Asís, su filosofía y su espiritualismo. Lo siento mucho, pero a mi ese rollo místico-mágico-cristiano no me va un pelo. Puedo entender que un cristo freak se emocione con estas cosas, o incluso un budista si lo transpone a su terreno… pero ¿alguien que se va de copas los sábados? ¡anda ya!. Quitándole la “magia” cristiano-espiritual, desde el punto de vista dramático la obra es una soberana chorrada y no se puede considerar una ópera sino un oratorio o cantata escénica.

El siguiente aspecto a considerar son las dimensiones de la obra, 2 coros, una orquesta inmensa con diversos instrumentos poco usuales y más de 4 horas de música de una dificultad interpretativa considerable. Puede que el compositor justificara esta grandilocuencia por el tema tratado, pero como a mi este tema no me parece para nada grande, esta grandeza de medios me parece en muchos momentos excesiva. Exige demasiado al teatro que la programa, a los músicos que la interpretan y exige mucho al oyente. Si los resultados fueran como los de la teatralogía wagneriana, quizá podría justificar tanta exigencia, pero no es el caso.

¿Y la música? Pues la música de San Francisco me parece de nuevo muy irregular en muchos sentidos. Irregular en cuanto inspiración, con momento bastante aburridos y momentos sublimes. Irregular en cuanto al discurso musical, que al igual que el discurso dramático, está compuesto de fragmentos independientes entre si sin ninguna coherencia o continuidad: un ratito de percusión oriental, un ratito de coro, otro ratito de percusión, un ratito de canto llano acompañado. Lo mejor, una parte de la escena de los estigmas y el final, con una escritura coral y orquestal inmensa. Lo peor, el principio y el sermón de los pájaros.

Las funciones del “Real”

A estas funciones del Real, que han sido mi primer acercamiento a la obra, he ido con recelo, y no me importa reconocerlo. Recelo porque como abonado del Teatro Real esta ha sido la única ópera que no me han permitido devolver la entrada, un servicio muy útil para los abonados que, como yo, viajan con frecuencia y tienen problemas de fechas. Recelo por el empeño de Mortier de “iluminarnos” a todos los aficionados y descubrirnos esta maravilla. Recelo por el exceso de medios invertidos en esta producción que condenan a otras óperas a verse en versión de concierto. Recelo por el traslado al Madrid Arena, lugar que consideraba a priori muy poco apto para una representación operística. Pero al igual que acudía con recelo, acudía con muchisimo interés por todos los comentarios previos sobre la obra y por mi interés en la música de Messiaen.

Y después de seis horas y pico de representación y unos cuantos días de reflexión (en los que he aprovechado para volver a escuchar por partes la obra en diversas versiones) puedo contar mi impresiones.

El entorno me parece un despropósito: un acceso complicado al reciento, incomodidad, necesidad de amplificación, vasos de plástico en los entreactos, ruido del aire acondicionado, falta de recogimiento por culpa de la luz natural que entraba durante los 2 primeros actos, exceso de espacio vacío alrededor de la escena, etc… Llevarse la ópera al Madrid Arena con la única justificación de una “instalación” postmoderna consistente en una cúpula muy bonita que cambia de colores según nosequé es directamente una gilipollez, básicamente porque la cúpula no se ve bien desde más de la mitad del aforo y porque además no aporta nada. Si los motivos para llevarse las representaciones al Madrid Arena fueran otros como atraer a un público al que el Real le impone respeto, intentar romper la rutina operística de los aficionados, intentar crear un ambiente de ocasión fuera de lo normal, etc… podrían justificar un poco el despropósito, pero no voy a entrar a valorarlos, porque no se nos ha dicho así y nos habrían mentido en la cara a los abonados (y no se que es peor, si un gilipollas o uno mentiroso).

La puesta en escena, quitando la inútil cúpula antes mencionada es simplemente correcta. No hay casi dramaturgia, así que poco hay que hacer, ya sea bien o mal.

Los intérpretes principales, o sea, las voces (porque se actúa poco y no hay “drama”) estuvieron todos correctos. No se puede decir mucho más porque el tipo de canto casi llano y plano no da para mucho más. El pobre Marco-Buhrmester llegó fatigado al último acto. Sin embargo los coros estuvieron espectaculares en casi todas sus intervenciones. La orquesta invitada funcionó muy bien y se nota que tanto ella como su director Sylvain Cambreling tienen la obra muy trabajada, aunque algunas partes son indirigibles, como el sermón de los pájaros, con ese rollo multirítmico y salen de aquella manera.

Conclusión

Pues que quizá Mortier ha conseguido salir en todos los periódicos y que se hable de este estreno en México y en Nueva York, pero desde mi punto de vista de aficionado, un par de momentos disfrutables, bastante lejos de ser una de mis experiencias musicales más intensas de mi vida y para los que no hacían falta tantas alforjas.

Y sí, yo soy de los que dicen que el emperador va desnudo.

Todos son unos chorizos. ¿Y tú?

En estos días de crisis e indignación oímos una y otra vez que los políticos son todos unos chorizos y que tienen la culpa de todo. Así, generalizando.

Sin embargo, y sin especial ánimo de defender a los políticos (que los hay muy buenos y muy honrados) me jode especialmente cuando esas acusaciones las lanzan personas que no pueden presumir de ser honradas, sino que también son unos chorrizos. De esos que gritan que los políticos son unos chorizos más de la mitad:

  • defrauda a hacienda todo lo que puede
  • cobran el paro mientras trabajan en negro
  • no hacen ni el amago de buscar trabajo hasta que se les “acabe” el paro
  • contratan a la asistenta en negro
  • ponen sus pertenencias a nombre de los hijos para evitar pagar impuestos
  • hacen contratos por obra que no son para ninguna obra, sino falsos contratos fijos

A todas esas personas me gustaría decirles que, normalmente tenemos los políticos que nos merecemos, y que, cuando ellos dejaran de ser unos chorizos, quizá no haya ningún político chorizo.

Veranos en Madrid: Las mejores meriendas

Adoro el verano en Madrid. Sí, ese verano caluroso que para muchos es insoportable y les hace huir a playas más insoportables aún.

A mí el verano de Madrid me gusta porque te ofrece la oportunidad de intimar con los pocos que se quedan, de estrechar lazos que a veces se quedan ahí, en una historia de verano, y a veces derivan en una maravillosa amistad. Me gusta el verano de Madrid porque por fin puedes ir a cenar a los sitios que te gustan y no están cerrados. Me gusta porque por fin todo el mundo tiene tiempo de hacer esos planes absurdos para los que durante el curso nunca tenían tiempo. Y uno de esos planes es el que ocupa el post de hoy: Las meriendas.

La merienda, dulce o salada es una sana costumbre muy española y que nos ofrece una gran variedad de opciones gastronómicas. Pero no solo se trata de comer. La merienda es también un acto social donde te reúnes con un par de amigos para charlas de cualquier cosa en un ambiente agradable, con buena música y demás.

El panorama de madrileño en cuanto ofertas para merendar está tristemente dominado por grandes cadenas que además de ofrecer un producto de ínfima calidad en ambientes clonados e impersonales son bastante caras (y me estoy refiriendo a Vips con sus tortitas, Starbucks con su pastosa repostería, etc…). Sin embargo, aún quedan unos cuantos sitios donde disfrutar de una merienda agradable y de calidad a un buen precio. Y precisamente en verano es cuando, junto con varios amigos, organizamos “rutas” de meriendas por Madrid, visitando esos templos de las tartas, postres, helados y batidos. Aquí va una lista de mis favoritos:

  • El Jardín secreto (esquina de la calle Conde Duque con San Bernardino): quizá sea uno de los más conocidos: Un ambiente muy agradable, con fuente interios y buena música, dispone de una carta muy variada de tés, y unos postres de chocolate increibles. Es famosísima su tarde de zanahoria, que precisamente, no está disponible en verano.
  • Delic (Costanilla de San Andrés): Muy ricas las tartas caseras, aunque es conveniente evitarlo los domingos, pues se llena de horterillas que van de cañas a la latina y se acercan allí buscando el postre. Para las meriendas cena, en verano dispone de una terraza agradable.
  • Viena Capellanes de la calle Luisa Fernanda: Realmente la repostería de esta clásica panadería-pastelería-sandwichería de Madrid no es la mejor, pero este local es especialmente agradable, y si lo juntamos con la mitomanía de que allí trabajó Pío Baroja…
  • Nänai (Calle del Barco 26): nuevo añadido a la lisa de este año. Batidos naturales deliciosos (increible el de mandarina), tartas geniales (brownie + tarta de queso) en un ambiente con exposiciones de cuadros y fotografías, los camareros más divertidos y majos y un gran toque vintaje con sillones y sofás antiguos.

Por cierto, este verano también me he propuesto probar todos los bares de tres céntricas calles cercanas a mi casa (masañeras) donde han abierto multitud de locales nuevos y además coinciden muchos de toda la vida que aún no conozco. Debería cumplir esa promesa mía de un día, un bar